Bibl. Univ., Vol. IV, No. 4, octubre-noviembre de 1989
Importancia de los procesos técnicos dentro de la actividad bibliotecaria
F.
Felipe Martínez
Arellano
Universidad Nacional Autónoma de México
Dirección
General de Bibliotecas
Hablar de
catalogación y clasificación bibliográfica en forma concisa es una tarea un
tanto difícil por la magnitud y complejidad que este tema encierra.
No
obstante lo anterior me he atrevido a hacerlo, pretendiendo en este artículo
dar un panorama general de estas actividades, así como analizar las variantes
que se presentan en los diversos tipos de bibliotecas.
Este
documento no pretende ser una guía condensada de cómo realizar u organizar la
catalogación y clasificación, sino presentar a la gente que se inicia en estas
actividades una panorámica global de ellas.
La gente interesada en ahondar más en cada uno de los puntos que se
tocan puede acudir a las obras que se señalan en la bibliografía y a otras que
tratan el tema de una manera más amplia.
El objetivo primordial de las bibliotecas es apoyar las actividades de investigación, docencia y difusión de la cultura que se llevan a cabo dentro de las instituciones a las cuales pertenecen.
Para poder cumplir eficaz y eficientemente
con este objetivo en las bibliotecas
se llevan a cabo las siguientes
funciones:
Seleccionar y
adquirir los materiales bibliográficos
Organizar los materiales para su adecuada consulta a través de las actividades de catalogación y clasificación
Proporcionar al usuario los materiales bibliográficos
Orientar a los lectores para aprovechar al máximo los recursos bibliográficos que la biblioteca les brinda
Las dos primeras
funciones son comúnmente conocidas como procesos técnicos y las dos últimas
como servicios al público.
Con
base en lo antes expuesto, podemos definir a los procesos técnicos como la
serie de actividades tendientes a proveer a la biblioteca de los materiales
necesarios, as como a su adecuada organización para que los servicios al público
se puedan prestar de una manera conveniente.
Así mismo,
cabe señalar que entre los
procesos técnicos y los servicios al público existe una estrecha relación,
pues de la buena realización de los primeros depende que se presten mejores
servicios.
Los procesos técnicos
según nos señala M. Bloomberg,(1)
tienen las siguientes funciones básicas:
Adquisición de
materiales bibliográficos
Organización y procesamiento de los materiales bajo patrones usados por el Departamento de Catalogación
Mantenimiento del acervo y sus registros (principalmente catálogos al público y topográfico) los cuales proveen el acceso a la colección
Respecto
a la asignación de estas funciones a secciones o departamentos, cabe mencionar
que en la mayoría de las bibliotecas se ubican en dos unidades diferentes: la
de selección y adquisición; y la de catalogación y clasificación.
Esta última sección o departamento muchas de las veces es también
llamado Procesos Técnicos, lo que motiva que en ocasiones al referirnos a las
actividades de procesos técnicos en realidad aludimos a las actividades de
catalogación y clasificación.
La
adquisición de materiales bibliográficos es una de las actividades más
importantes de las bibliotecas, pues "para adquirir los libros y otros
materiales necesarios para los objetivos de enseñanza e investigación de los
estudiantes, profesores e investigadores de la universidad de una manera
eficiente, el bibliotecario debe tener conocimiento de organización de
bibliotecas, administración de personal, operaciones de compra, contabilidad,
etc., además de estar familiarizado con las principales fuentes bibliográficas
del mercado editorial, con las principales editoriales y/o librerías y otros
auxiliares para el desempeño de su trabajo.
Debe, también poseer la capacidad administrativa para dirigir,
supervisar y controlar esa importante sección de la Biblioteca.”(2)
No
obstante que las actividades realizadas en el área de adquisiciones están
estrechamente ligadas a las llevadas a efecto en el área de catalogación y
clasificación, no se ahondará más en ellas por no ser el objetivo principal
de este trabajo.
Por lo anterior, a
continuación pasaremos a analizar las actividades de catalogación y de
clasificación o de procesos técnicos como se denominan en algunas de nuestras
bibliotecas.
Para que los
materiales bibliográficos puedan ser integrados a la colección y consultados
por los usuarios requieren de dos actividades básicas: la catalogación y
clasificación.
La catalogación
consiste en la serie de actividades dirigidas a preparar los ficheros o catálogos
necesarios para uso del público, así como algunos de uso interno para el
personal de la biblioteca.
Con lo anterior se
cumplen los propósitos que Cutter, hace cien años, definió para la catalogación:
1. Permitir a una
persona localizar un libro:
Si el autor es conocido
Si el título es conocido
Si el tema es conocido
2.
Mostrar lo que la biblioteca tiene:
Sobre
un autor determinado
Sobre
una materia determinada
Sobre
un determinado tipo de
literatura
3.
Auxiliar en la elección de un libro
Tomando en cuenta
sus peculiaridades bibliográficas (diferentes ediciones)
Tomando
en cuenta sus características
literarias o temáticas
Si
analizamos los
propósitos anteriores, podemos
darnos cuenta que para llevarlos
a la
práctica se requiere
lo siguiente:
1. Describir detalladamente los rasgos característicos del material bibliográfico tales como: el autor, el título, la persona o personas que intervienen como coautores, traductores, ilustradores, prologuistas, etc; el lugar y fecha en que se editó, quien lo editó, y sus características físicas tales como tamaño, tipo de ilustraciones, paginación y otros detalles.
2. Determinar cuáles
son los puntos a través de los que puede ser accesible la
información. Lo anterior
implica definir todas las posibles formas a través de las cuales el lector
puede buscar un material: por autor personal, por autor individual, por
coautores, por traductores, por prologuista, por título, etc.
3.
Realizar un análisis
del contenido intelectual de
los materiales bibliográficos con la finalidad de
precisar
las materias o temas que toca.
Los
dos primeros puntos constituyen la catalogación descriptiva, que como su
nombre lo indica consiste en describir los materiales bibliográficos
para que 'posteriormente el usuario pueda identificar aquellos que le son útiles.
El
tercer
punto se refiere a la catalogación por materias o temática, su finalidad es
presentar al lector a través del catálogo una serie de obras que tratan sobre
determinado tema.
La catalogación
temática está estrechamente relacionada con la clasificación, puesto que
ambas permiten mostrar al usuario lo que la biblioteca tiene sobre determinado
tema, pero mientras la primera lo hace por medio del catálogo, la segunda
permite hacerlo físicamente con el material.
Otra circunstancia
que fortalece su interrelación es el hecho de que para poder reunir en un lugar
los materiales que tocan el mismo tema, es necesario primeramente realizar un análisis
del contenido intelectual de las obras para determinar el tema principal que
tratan, y ubicarlo dentro del lugar que le corresponde en un sistema de
clasificación bibliográfica.
Con
base
en lo
antes expuesto
podríamos plantearnos la siguiente
interrogante: ¿si la clasificación y los encabezamientos de materia tienen más
o menos la misma función, podríamos prescindir de uno de ellos?.
La respuesta es negativa, pues la clasificación únicamente nos permite
un punto de acceso, mientras que usando encabezamientos de materia se
diversifican, esto es, si tenemos una obra cuyo título es: "Tratado de Química
y Física", por medio de la clasificación únicamente podemos ubicarla en
un lugar: Química o Física mientras que merced al uso de encabezamientos de
materia podemos localizar esta obra a través de
Física o de Química.
Como
puede apreciarse, las actividades de catalogación y clasificación están íntimamente relacionadas y
son complementarias, por lo cual algunos autores como F. S. Bernhart(3)
señalan para la catalogación de libros las siguientes funciones básicas:
Asentar
los libros en un catálogo
por autor y título.
Describir los
libros para identificar cada uno de ellos
como una unidad.
Seleccionar la
palabra o frase que identifica las materias
de los
libros.
Organizar
los libros de
acuerdo a una clasificación lógica del conocimiento humano
Para la realización
de la catalogación descriptiva, P. Zamora(4) señala que la
biblioteca debe adoptar un código o reglas de catalogación lógicas y
sencillas para que puedan ser entendidas y utilizadas adecuadamente por los
lectores, lo que les permitirá el fácil manejo del catálogo, y poder
determinar rápidamente si la obra que desean existe en nuestra biblioteca.
Las
reglas de catalogación de que disponemos y que se usan en la mayoría
de nuestras bibliotecas son las Reglas de Catalogación
Angloamericananas en su segunda edición.
El
carácter
internacional de
este código, así como la gran variedad de ejemplos que contiene
producto de una larga experiencia, nos permite su adopción; sin embargo, no
podemos dejar pasar por alto que para que cubran totalmente nuestras necesidades
es necesario un correcto trabajo de revisión, adaptación e interpretación.
La
clasificación bibliográfica
consiste en asignar
un lugar a cada libro dentro de una organización Sistemática del conocimiento
humano.
En nuestras
bibliotecas se usan actualmente dos sistemas de clasificación: el sistema de
clasificación de la Biblioteca del Congreso de los
E. U. (Clasificación L. C.) y el sistema de clasificación de Melvin
Dewey.
El
sistema de clasificación de Dewey divide el conocimiento humano en diez grandes
clases, y a su vez cada una de éstas se subdividen en diez grupos,
volviéndose a subdividir cada
uno de ellos en diez números, cada uno de los cuales Puede ser subdividido en
decimales.
“Entre
las ventajas del sistema podemos mencionar que es lógico. sistemático,
flexible, completo, permite la inclusión de dos asuntos, se mantiene
actualizado, está impreso y sostiene un índice alfabético auxiliar para un rápido
manejo".(5)
Este
sistema se usa principalmente en nuestras bibliotecas
públicas.
Otro sistema de clasificación, utilizado principalmente por las bibliotecas universitarias, lo constituye la clasificación de la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, que como su nombre lo indica es un sistema creado y diseñado por esta biblioteca. Divide al conocimiento humano en 21 grandes grupos representados por una letra mayúscula; por medio de la edición de otra letra mayúscula; a estos grupos principales, se da origen a las subclases, las que a su vez se subdividen en temas más específicos utilizando números arábigos, los cuales pueden comprender del 1 al 9999.
Dada
la notación mixta que utiliza este sistema, en opinión de B. S. Wynar (6)
existen miles de diferentes combinaciones de números y letras que aún no han
sido usadas o algunos otros reservados para nuevos tópicos.
El esquema puede continuar admitiendo todavía por un largo tiempo nuevos
temas y aspectos de estos que aún no han surgido.
Es particularmente
útil en grandes bibliotecas universitarias y especializadas, debido a su
capacidad de aceptación de temas y, su gran flexibilidad.
Respecto a la utilización de un determinado sistema de clasificación,
cabe señalar que al adoptarlo debemos de analizar cuidadosamente las características
de éstos para determinar si responden y se ajustan a las necesidades y
expectativas de nuestros usuarios.
Al tomar una decisión sobre aspectos de carácter técnico, como puede ser la adopción de un sistema de clasificación, E. J. Piercy (7) señala que debemos de tener en cuenta, entre otros aspectos los siguientes:
tipo
de la comunidad a
la que servimos
crecimiento
de la comunidad
crecimiento del acervo
tipo de material que posee la colección
sistema
de préstamo empleado
recursos
humanos y materiales
c) Encabezamientos de materia
Podemos
definir a los encabezamientos de materia como la palabra o palabras que expresan
al contenido intelectual de un libro y bajo el cual se agrupan todos aquellos
que tratan el mismo tema.
Para poder elegir y
utilizar adecuadamente los encabezamientos de materia o temas existen las listas
de encabezamientos de materia.
En nuestras
bibliotecas las listas utilizadas son principalmente dos: La Lista de
encabezamientos de Materia de la Biblioteca Nacional de México compilada por la
maestra Gloria Escamilla y la Lista de Encabezamiento de Materia para América
Latina compilada por Carmen Rovira y Jorge Aguayo, editada por la Unión
Panamericana en 1957.
La
Lista de Encabezamientos de Materia de la maestra Gloria Escamilla tuvo su
origen en 1961, cuando la Biblioteca Nacional le encomendó la reorganización y
recatalogación de su acervo. Como resultado de este trabajo, en 1967 aparece la
primera edición de esta lista, la cual "se trata de una recopilación que
procede de los principales trabajos anteriores en inglés y castellano y
fundamentalmente, de la práctica aplicada en la catalogación durante muchos años
de los fondos de una biblioteca general.
Se observa un gran cuidado en la selección de las voces castellanas y en
la construcción de las frases de acuerdo con el carácter propio de nuestro
idioma. Las
palabras seleccionadas caracterizan la materia con la necesaria precisión en
una biblioteca del tipo de la Nacional de México.
Utiliza toda clase de referencias con gran rigor en
la secuencia de los temas.
En su conjunto ofrece más de veinte mil encabezamientos principales y más
de sesenta mil referencias: en su total 80,000 asientos"(8)
La segunda edición
de esta obra aparece en 1978, y en ella aparecen un número considerable de
actualizaciones y cambios, al ir incorporando encabezamientos de nueva creación.
"Esta lista de
encabezamientos de materia refleja la experiencia de la Biblioteca Nacional de México
en este terreno; en consecuencia, responde a las necesidades de una biblioteca
de este tipo; sin embargo, otras bibliotecas más pequeñas, públicas populares
y escolares, así como las especializadas y universitarias pueden encontrar en
ella, encabezamientos generales y específicos que exija su trabajo y sobre todo
puede serles de utilidad para la compilación de sus propias listas" (9).
La
lista de Encabezamientos de Materia compilada por Carmen Rovira y Jorge Aguayo
tiene su origen en 1956 en una iniciativa del Programa de Fomento de Bibliotecas
de la Unión Panamericana, para elaborar una lista de encabezamientos de
material útil para
las bibliotecas de América Latina merced a la cual varias bibliotecas
latinoamericanas ofrecieron su colaboración. En 1961 se empezó la labor de
reunión, selección y compilación de los encabezamientos de material, siendo
publicada por vez primera en 1967. Posteriormente en 1985 surge una segunda
edición de esta lista bajo los auspicios la OEA y el Instituto Colombiano para
el Fomento de la Educación Superior
Además
de las listas mencionadas algunas bibliotecas han hecho traducciones de los
temas que aparecen en la Lista de Encabezamientos de Materia de la Biblioteca
del Congreso de los E. U.
Cada biblioteca
debe seleccionar la lista que mejor le convenga y para tomar esa determinación
B. Castañón (10) señala que debemos conocer las características principales
de la lista que vamos a adoptar con la finalidad de determinar si corresponde a
nuestras necesidades y si ésta va a funcionar en nuestra biblioteca.
Auxiliares para catalogación y clasificación
La realización de
las labores de catalogación y clasificación presupone una considerable inversión
de tiempo y recursos económicos y con la finalidad de acortar el tiempo de
proceso y evitar la duplicación de esfuerzos con las consiguientes desventajas
económicas, las bibliotecas utilizan algunos auxiliares para catalogación y
clasificación como son: la catalogación en publicación, uso de catálogos de
otras bibliotecas y sistemas de catalogación centralizados:
a)
Catalogación en publicación
La
catalogación en la publicación fue iniciada en la Biblioteca del Congreso en
julio de 1971 en cooperación con 27 editores.
“Los
objetivos de la catalogación en publicación son proporcionar a los editores
datos catalográficos trabajados a nivel profesional para que sean impresos en
cualquier obra publicada –películas y aun mapas, tanto como libros- lo que
reduce los costos de catalogación, apresura la entrega de libro a los lectores,
y beneficia al mundo bibliotecario y a la industria del libro por igual”. (11)
Esta
catalogación en la publicación es común en los libros editados en los Estados
Unidos y según opinión de M. Boomberg (12) aproximadamente un 60% de los
materiales publicados en inglés la contienen.
La
catalogación en la publicación aparece en la contraportada de los materiales e
incluye los siguientes datos catalográficos: autor, título, serie, notas
bibliográficas, registro con temas en inglés, número de clasificación Dewey,
número de tarjetas de la Biblioteca del Congreso de los E. U. e ISBN.
Estos
datos constituyen una base para que el catalogador pueda realizar los registros
bibliográficos necesarios para su biblioteca, traduciendo los encabezamientos
de materia y unificándolos con
base en su catálogo de autoridad de materia, normalizando los asientos
principales y secundarios que van
a servir como punto de acceso, realizando la catalogación descriptiva y
adaptando el número de Cutter de autor de la clasificación.
b) Uso
de catálogos de otras bibliotecas
Como
un apoyo para las tareas de catalogación y clasificación nuestras bibliotecas
generalmente utilizan el National Union Catalog (NUC) de la Biblioteca del
Congreso de los Estados Unidos. Este catálogo
nos proporciona la ficha bibliográfica de todas las obras que han sido
procesadas en la biblioteca mencionada.
Estas
fichas contienen todos los elementos catalográficos y el registro bibliográfico,
aunque los temas aparecen en inglés, por lo que la labor de bibliotecario es
similar a la mencionada al utilizar catalogación-en la publicación, es decir,
traducción de temas, unificación de asientos, adaptación de la catalogación
descriptiva y adecuación del número de Cutter del autor.
Otro
auxiliar para las bibliotecas
mexicanas es el Banco de Datos
LIBRUNAM, que contiene cerca de 400,000 registros catalográficos
correspondientes a los acervos de 162 bibliotecas del sistema bibliotecario de
la UNAM.
Este
Banco de datos constituye un valioso auxiliar para la realización de los
procesos de catalogación y clasificación de los materiales en nuestras
bibliotecas, puesto que aproximadamente 66% de los materiales de las bibliotecas
mexicanas se encuentran incluidos (13).
Con
los registros del
Banco de Datos LIBRUNAM, los
bibliotecarios del área de catalogación y clasificación tienen que
realizar las siguientes actividades:
Normalización de
los asientos principales, secundarios y de temas. con base en los catálogos de
autoridad manejadas por cada biblioteca, adaptación de la catalogación
descriptiva y adecuación del número de Cutter en la clasificación.
c) Sistemas de
catalogación centralizados.
Con la finalidad de evitar la duplicidad de esfuerzos al catalogar diversas bibliotecas un mismo título, se concentran las actividades de catalogación y clasificación en un sitio donde se realizan estos procesos para varias bibliotecas.
Este
modelo ha sido
adoptado por algunas bibliotecas
mexicanas, principalmente
las universitarias con
las consecuentes ventajas
de este sistema,
como son:
Abatimiento
de costos en la catalogación y clasificación, al contarse con un catálogo de
unión, donde previamente se consulta si un título ya ha sido catalogado con
anterioridad y en caso de ser así, únicamente se copia o reproduce la ficha
catalográfica.
Permite contar con
un equipo altamente especializado en
procesos técnicos, lo que difícilmente se lograría en cada biblioteca, entre
otros factores, por la escasez de personal profesional que priva en nuestro
medio.
Existe una
interpretación y manejo uniforme de un
mismo código de catalogación
y un mismo sistema de clasificación
lo que redunda en una mayor calidad de
las actividades.
No obstante las ventajas señaladas anteriormente para los sistemas de catalogación centralizada existen ciertas desventajas como las señaladas por E. G. Firsov (14)
En
muchas
ocasiones no se puede tomar en consideración las situaciones especificas de
cada biblioteca, por lo cual, no se satisfacen todas las necesidades requeridas,
como en el caso de los encabezamientos
de materia requeridos
o el nivel de
descripción bibliográfica.
Tomando en cuenta las ventajas y desventajas de este modelo de organización, puede decirse que las primeras son de más peso que las segundas y éstas pueden ser solventadas con base en mecanismos de intercomunicación entre las bibliotecas miembros y el núcleo central para establecer y modificar las políticas generales del sistema.
Catálogos
A)
Reproducción de tarjetas
Podemos
afirmar que las actividades de catalogación y clasificación tiene como
finalidad la preparación de las tarjetas necesarias para los diversos ficheros
o catálogos a través de los cuales el usuario Pueda conocer los recursos
bibliográficos de la biblioteca.
Lo
anterior se logra por medio de dos procesos: un proceso intelectual que
comprende el análisis bibliográfico del material para determinar los temas,
puntos de acceso principales y
secundarios; y la
descripción de la obra; y
otro proceso de tipo físico, consistente en la elaboración antes
mencionada.
Para contar con las
tarjetas necesarias para los diversos catálogos con que la biblioteca cuenta,
se utilizan diversos medios de reproducción.
Entre los más usuales podemos
mencionara a los siguientes:
a.
Mecanografía
Es
el Método más económico cuando se trata de la reproducción de un número
reducido de tarjetas y como su nombre lo indica, consiste básicamente en la
elaboración de cada una de las tarjetas que integran los diversos juegos
utilizando una máquina de escribir.
b.
Mimeógrafo
Cuando
se utiliza este Sistema se mecanografía un estencil de la ficha principal y con
base en éste se reproduce la cantidad de fichas adicionales necesarias en un
pequeño mimeógrafo denominado "Minigraph”.
c. Fotoduplicación
Al
optar por la utilización de esta forma de reproducción, primeramente se
mecanografía la ficha principal y ésta se utiliza como modelo para obtener la
. cantidad necesaria de copias en una fotocopiadora adaptada especialmente para
manejar reproducciones en cartón.
d.
Computadoras
La
utilización de las computadoras en las actividades de catalogación y
clasificación es muy amplia por lo cual, únicamente nos referimos a la
utilización de esta herramienta para la reproducción de juegos de tarjetas de
nuestros catálogos.
Los
sistemas de
cómputo nos permiten obtener la reproducción de grandes cantidades de tarjetas
en lapsos
de tiempo muy corto.
Lo
anterior
presupone el
almacenar los datos bibliográficos, no únicamente con la
finalidad de
utilizar ala computadora como
una gran máquina reproductora
de tarjetas, sino como un medio de
hacer más rápida y ágil la
recuperación de la información bibliográfica.
Los programas de cómputo
nos permiten obtener las tarjetas catalográficas ordenadas de diversas maneras:
por autor, por título, por tema, por clasificación, por número de adquisición,
etc.
Como
puede observarse, el uso de las computadoras ha sido de gran apoyo para algunas
actividades de catalogación y clasificación, y seguramente en el futuro
afectarán el desarrollo y organización de estas actividades en nuestras
bibliotecas.
Para
determinar y elegir cual es la forma de reproducción más adecuada y
conveniente a nuestra biblioteca, debemos estudiar y analizar cuidadosamente
algunos factores como los señalados por K. G. Batiewell (15).
Número
de copias requeridas
Número
de juegos necesarios
Calidad
requerida en las copias
Necesidad
de los asientos secundarios
Detalle en los
asientos
Costos
Personal disponible
B)
Mantenimiento de catálogos.
Las
actividades de catalogación y clasificación no pueden considerarse concluidas
hasta que las tarjetas han sido insertadas en los diversos catálogos que la
biblioteca posee, por lo cual, la labor de mantenimiento y actualización de catálogos
es de vital importancia en las bibliotecas, puesto que de nada sirve que al
material bibliográfico se le haya hecho un análisis con la finalidad de
asignarle los temas convenientes y los puntos de acervo necesarios, si la
tarjeta que contiene estos datos no es puesta a disposición de los usuarios.
La
tarea de mantenimiento de catálogos aparte de incluir la inserción de tarjetas
correspondientes a nuevos títulos catalogados comprende otra serie de
actividades (16).
Alfabetización de nuevos
asientos
Reemplazo de
tarjetas a las cuales se les ha cambiado asiento
Substitución
de tarjetas gastadas
Reubicación de grupos de tarjetas
mal colocadas
Rectificación de
errores o inconsistencias en la alfabetización
Modificación
de los asientos afectados por
los cambios de políticas
Creación
de nuevos encabezamientos cuando es necesario
Creación
de subencabezamientos de materia cuando existen un número considerable de
tarjetas bajo un encabezamiento
Inserción de guías de catálogos
Si
analizamos lo
anterior expuesto podemos
darnos cuenta que las actividades de actualización y mantenimiento de catálogos
requieren de un amplio conocimiento de las actividades y políticas de
catalogación que se llevan a cabo en la biblioteca.
Por último, cabe
señalar que para la correcta realización de las actividades de alfabetización
es necesario contar con un código el cual puede ser las Reglas para la ordenación
alfabética de los catálogos de la ALA (17)
Conclusión
El
realizar el
análisis de un libro para determinar los temas principales que el autor abordó,
así como determinar los posibles puntos a través de los cuales el usuario
pueda localizar esa obra, constituyen una labor en la que se requiere un grado
elevado de destreza técnica, así como una amplia cultura general, imaginación
y buen juicio para tomar las decisiones más adecuadas.
Por lo anterior,
las actividades de catalogación y clasificación deberán de estar a cargo de
personal altamente capacitado para la buena realización de ellas, con lo cual
se garantizará la eficiencia de los servicios.
Asimismo, el
administrador de estas actividades deberá organizarlas adecuadamente para que
el material bibliográfico este a disposición del usuario en el menor tiempo
posible después de su adquisición y al menor costo posible, además de
proporcionar la cantidad exacta de detalles bibliográficos que requieran la
mayoría de usuarios, esto es, buscar el justo medio entre una descripción
bibliográfica extremadamente compleja y una insuficiencia
de datos bibliográficos.
Notas
bibliográficas
Bloomberg,
Marty. Introduction to technical services for library technicians.4th.ed.
Littleton, Colo. Libraries Unlimited, 1981.-p.18
Tejeda
de Martínez, Cleotilde. Los procesos técnicos y los servicios al público
en la Biblioteca Universitaria: Ciclo de Conferencias. -- México UNAM.
Dirección General de Bibliotecas, 1975.-p.17
Bernhaidt,
Frances Simonson. Introduction to librarv technical services. - New York:
H.W. Wilson, 1979. - - p. 77
Zamora
Rodríguez, Pedro. Nueva actitud hacia las Reglas de Catalogación. –
s.p.i.
Ramírez
Escárcega, Alejandro. "Las
ventajas y desventajas del sistema de clasificación de M. Dewey”. - - Ciencias
Bibliotecarias v. I, No. 2, Diciembre de 1977. - -p.9~-10
Wynar,
Bohdan S. Introduction to catalogue and clasification. - 6th. ed. - -
Littletown, Colo. : Libraries
unlimited, 1980. p.430
Piercy,
Esther J. Biblioteconomía Lógica: manual para la organización de libros v
otros materiales en bibliotecas escolares y pequeñas bibliotecas públicas.
I. Esther J. Piercy; traducción de Surya Peniche de Sánchez MacGregor.
México: Pax-México, 1971. p. 15-17
Mantecón
Navasal, José Ignacio. Notas
para una bibliografía de recias y listas de encabezamientos de materia en español
en Homenaje a Don Agustín Millares Carlo. - -[s. l.]: Caja Insular de
Ahorros de Gran Canaria, 1975. p.255-256
Escamilla
Gonzáles, Gloria. Lista de
Encabezamientos de materia: introducción. - - México : UNAM, 1978. - - p.
XVIII
Castañon
Moreno Blanca Ma. E.
Los encabezamientos de materia. -- México, 1974. 187. p.
Escamilla
González, Gloria. "La
catalogación en publicación". Boletín
del Instituto de Investigaciones
Bibliográficas. No. 10, Julio-Diciembre, 1973. - p. 315.
Bloomberg.
. op. cit. p. 310
Martínez
Arellano, Filiberto Felipe. "LIBRUNAM
como apoyo a la catalogación y clasificación bibliográfica en las bibliotecas
universitarias mexicanos". Ciencia Bibliotecaria v. 21, No.
4, Julio-Agosto, 1967, p. 217-218
Batiewell,
K. G. A. Manual
of
Cataloging practice.
Pergamon, p. 209
Batiewell,.
- - Ibidem – p. 212
Seely,
Pouline A. Reglas para la ordenación alfabética de los catálogos de la
American Library Association. - 2a. ed., abreviada. - Washington: OEA, 1971.
- - 87 p.
UNAM. Dirección General de Bibliotecas
Ciudad Universitaria
México, D. F.