*Se requiere realizar adecuaciones sustentables que contribuyan a establecer bibliotecas verdes.
*Es necesario garantizar la preservación sostenible de los acervos analógicos y digitales.
*Se debe prevenir y revertir no sólo factores ambientales, también la proliferación de la información falsa, la censura y la vulnerabilidad de los medios electrónicos.
*Las bibliotecas deben ser espacios sustentables, que garanticen de manera permanente el acceso a la información sin afectar el medio ambiente, por lo cual se constituye a fomentar prácticas ecológicas en sus comunidades.
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A poco más de cinco años de cumplirse el plazo para culminar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, el compromiso por parte de la comunidad bibliotecaria y los profesionales de la información es cada vez mayor, debido a que los porcentajes alcanzados en sus diversas metas se muestran por debajo de lo planeado; entre otros factores, a causa del freno interpuesto a un número considerable de países debido a la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19; el cambio climático y las variadas tensiones geopolíticas, los cuales fueron señalados en el Informe sobre ODS 2024 de las Naciones Unidas.
En dicho marco, la directora general de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información de la UNAM, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, durante la ceremonia de inauguración del VII Foro Virtual Agenda 2030: “Bibliotecas Sostenibles”, recordó que la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA, por sus siglas en inglés), vislumbró la oportunidad de vincular a las bibliotecas y los profesionales de la bibliotecología en el Objetivo 16.10, el cual se centra en garantizar el acceso público a la información, la protección de las libertades fundamentales y la promoción de las sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible.
“Este objetivo, a su vez, se sustenta en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la Naciones Unidas hacia 1948 en París. Aparte de ello, el derecho a la información se vio fortalecido en el 2001 por el Programa Información para Todos, de la UNESCO, el cual apoya a los Estados miembros en el fomento de las sociedades equitativas y la promoción en el acceso a la información y el conocimiento, el cual consta de cinco ejes rectores: información para el desarrollo, alfabetización mediática e informacional, ética de la información, preservación de la información y acceso a la información”.
La doctora Ramírez Leyva señaló que, en 2018, la entonces Dirección General de Bibliotecas emprendió el Foro Agenda 2030 como parte de los compromisos del doctor Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la UNAM, además de colaborar con los planes de desarrollo institucional; por ejemplo, el actual Plan de Desarrollo Institucional 2023-2027 estableció la instauración de la sostenibilidad como uno de los ejes transversales. En este sentido, la dependencia ha organizado los foros en colaboración con importantes bibliotecas universitarias, instancias educativas relacionadas con el campo de la bibliotecología e importantes asociaciones nacionales e internacionales como la IFLA.
“El tema de este séptimo foro tiene el objetivo de identificar acciones que garanticen de manera permanente el acceso a la información sin afectar el medio ambiente, es decir, que también las bibliotecas deben ser espacios sustentables, por lo cual se constituye a fomentar prácticas ecológicas en sus comunidades y el personal que trabaja en ellas”.
Advirtió que, de ahí la importancia de que se identifiquen los riesgos que pudieran vulnerar la disponibilidad de la información y que se propicie la inequidad, por lo que se tiene que prevenir y revertir no sólo factores ambientales, también la proliferación de la información falsa, la censura y la vulnerabilidad de los medios electrónicos, así como la falta de capacidades informativas, digitales y de lectura, que hoy se requieren”.
La funcionaria aclaró que dichos factores pueden afectar el presente y el futuro de las sociedades, por cual, se hace necesario emprender acciones que garanticen la preservación sostenible de los acervos analógicos y digitales. De igual forma, se requiere realizar adecuaciones sustentables que contribuyan a establecer bibliotecas verdes que coadyuven a revertir los efectos del medio ambiente y la implementación de servicios para reducir todas las inequidades, y ofrecer datos y contenidos que fortalezcan a la educación y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Por último, agradeció a todos los que hicieron posible la realización del foro y se congratuló porque en esta emisión se abran oportunidades para intercambiar experiencias y oportunidades que ayuden a identificar nuevos desafíos y la difusión de nuevos conocimientos, entre muchos aspectos más.
De igual forma, se dejaron oír las voces de directores y coordinadores de las dependencias universitarias colaboradoras en la organización del Foro, así como de los representantes de las asociaciones bibliotecarias, para luego ceder la palabra al doctor Víctor Hugo Anaya Muñoz, en representación de la secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, doctora Diana Tamara Martínez Ruíz, quien indicó que los espacios bibliotecarios se han destacado por ser incluyentes, seguros y por favorecer los ambientes de conciencia pacífica, con lo que contribuyen a lograr el desarrollo sostenible, razón suficiente por lo cual deben mantener su posición como agentes estratégicos de apoyo a las comunidades e instituciones en el avance de las metas contenidas en los 17 ODS de la Agenda 2030, pues estos abarcan tres aspectos principales de la sociedad: la economía, el medio ambiente y la sostenibilidad.
“Lo anterior lo vemos reflejado claramente en el mencionado Plan de Desarrollo Institucional, que lo establece como uno de los dos ejes transversales; en primer término, la sustentabilidad y el género, que en su conjunto orientan a la docencia, la investigación y la difusión de la cultura. En este sentido, desde la sostenibilidad la UNAM ha emprendido importantes acciones entre las que destacan: la conformación de la red de universidades por la acción climática, las becas en Iberoamérica rumbo a la Agenda 2030 y el reconocimiento de los liderazgos femeninos, entre otros importantes aspectos”.
Posterior a su discurso, el doctor Víctor Hugo Anaya procedió a inaugurar los trabajos del Foro para dar paso a que los ponentes continuarán con sus participaciones.
De este modo, se dio comienzo con la participación del conferencista magistral doctor Harri Sahavirta, de la Biblioteca Municipal de Helsinki, quien dictó la conferencia titulada “El desafío de liderar la sostenibilidad en las bibliotecas”, en la cual señaló que en su institución han estado buscando la forma correcta de definir el tema de la sustentabilidad en el ámbito bibliotecario y en la búsqueda de respuestas desde el ámbito de la gestión de proyectos.
“Las bibliotecas siempre hemos tenido una responsabilidad en el ámbito de la educación, y hay ciertas bibliotecas que siempre han buscado llevar a cabo su quehacer de un modo sustentable, pero muchas veces esto se constituye en una excusa para no tomar acción, es decir, la gente dice: ‘ya somos sustentables y no necesitamos nada más’. De hecho, sí tenemos mucho más que hacer, hay que pensar en la forma de cómo promover la sustentabilidad en torno al Acuerdo de París sobre el cambio climático, en la biblioteca verde, en los servicios bibliotecarios verdes con acceso a datos confiables y en las tecnologías compartidas.”
El especialista agregó que también es importante pensar en los valores compartidos de la biblioteca, y que, al hablar de diversidad, inclusión y equidad, en el caso concreto de las bibliotecas de Finlandia, se tienen principios de imparcialidad, neutralidad y apertura, pues están abiertas para todo tipo de público; por ello, es que dichos valores están alineados con las metas de desarrollo sustentable.
“Ahora tenemos una disyuntiva, porque las cuestiones ambientales están sumamente politizadas y hay un alto grado de polarización en este ámbito, y, por otro lado, los valores gubernamentales en este contexto ya no son los nuestros; por lo tanto, se necesita un nuevo marco conceptual en dicho contexto, donde la neutralidad no constituye una postura. Por lo tanto, los bibliotecarios no podemos ser neutros, debemos luchar por nuestros valores y principios en este nuevo marco conceptual, el cual representa desafíos desde un punto de vista político y su polarización no es un tema de ciencia climática, sino un tema político y ambiental, lo cual representa un desafío global en donde la cooperación es un factor fundamental”.
Harri Sahavirta también advirtió que el problema parece ser demasiado grande porque los bibliotecarios comienzan sus labores en determinado proyecto con la finalidad de reducir fuentes específicas de emisiones y reemplazarlas por otras, pero en ello la meta parece estar demasiado lejos, lo cual afecta su proceder, y resulta que el asunto queda congelado dando la impresión de no poder hacer nada, pues hay dos cuestiones: la primera es la reducción en el consumo y la otra en la reducción en las emisiones, y esta última meta parece estar muy lejana en lo relativo al impacto carbónico.
“Después, se tienen las políticas que intentamos aplicar con nuestros usuarios a modo de reducir el impacto carbónico, y para ello en 2019 hicimos cálculos, y, como es sabido, en mi país siempre se habla de la calefacción y del enorme desperdicio de electricidad; específicamente dentro de nuestro edificio el servicio de calefacción conlleva un importante porcentaje de nuestras emisiones, pero uno piensa, si no hay calefacción no tenemos usuarios; por eso es importante pensar en las correlaciones, por ejemplo, en el hecho de asignar un valor numérico mensurable a todos los dispositivos que son usados en el contexto bibliotecario”.
De igual forma señaló que, las metas de desarrollo sustentable le cambiaron el contexto a las bibliotecas, tanto a nivel nacional como internacional, pues ahora son los superiores quienes exigen a los bibliotecarios que fijen su quehacer en la cuestión ambiental, y sobre todo porque la IFLA ha integrado una perspectiva de catástrofe climática en su quehacer, pero es algo que ninguna biblioteca puede resolver, ni tampoco la misma IFLA.
“Sin embargo, es importante trabajar a modo de promover la importancia de las metas entre las diversas sociedades y trabajar de modo global para poder solventar dicha situación. Al respecto, algunos han tomado el camino fácil al decir que cuentan con información relativa a los servicios hidráulicos de calidad o el problema del agua, pero no es suficiente para poder promover las metas”.
Para concluir con su participación, es especialista dijo que es imposible avanzar con las metas a menos que se logre desarrollar un pensamiento sistémico, el cual se puede ejemplificar en el caso de la educación equitativa y sustentable, la cual tiene una correlación con la equidad de género, con el trabajo docente y también dentro del ámbito bibliotecario, pues dicha labor es importante dentro de la promoción de la alfabetización, el ofrecimiento de datos confiables y las acciones sustentables.
Por otro lado, en lo concerniente a la participación de la maestra Rosario Toril Moreno, del Centro Nacional de Educación Ambiental, en su ponencia magistral denominada “Tejiendo sostenibilidad y acción climática: el papel de la biblioteca verde del CENEAM y la Red RECIDA en España en el cumplimiento de los ODS”, mostró un claro ejemplo de una gran variedad de programas educativos, visitas de estudios, excursiones didácticas y exposiciones itinerantes, entre otras acciones que se pueden utilizar para el logro de sus cometidos en torno al cambio climático, y especificó que mediante el Programa de Formación Ambiental el centro promueve la realización de acciones formativas relacionas con la educación ambiental y la sostenibilidad.
Al respecto, añadió que mediante un programa más, de pueblos educativos se han desarrollado una gran cantidad de talleres para que los jóvenes se involucren más y conozcan el medio rural, y al mismo tiempo logren obtener una experiencia única porque se trabaja en temas como la energía y el cambio climático. De igual forma, se tiene la posibilidad de escuchar cuentos en un entorno natural con la finalidad de lograr profundas sensaciones al estar en contacto con la naturaleza.
“En cuanto al área de formación ambiental en el CENEAM hemos establecido una serie de cursos los cuales están abiertos a la ciudadanía, y otros más están dirigidos para profesionales, entre los que destacan temas como: la educación ambiental en el corazón de las políticas públicas, herramientas y experiencias para la transformación ecológica, educación para la sostenibilidad en el aula y el curso denominado formación permanente del profesorado, entre muchos más.”
También, indicó que en lo relativo al punto de la participación ciudadana se cuenta con 26 seminarios permanentes de temáticas muy variadas de la Red de Parques Nacionales, impartidos mediante redes en educación ambiental las cuales consisten en reuniones anuales, cuyas ponencias, posteriormente son alojadas en una página web.
“En cuanto a mi área en particular, se ha instrumentado una carpeta informativa mensual; de igual forma contamos con un catálogo del cual se alimenta el ministerio de recursos para la educación ambiental, y en este participa gente joven pues es importante crear sinergias para poder comunicar y llegar a más gente”.
Rosario Toril añadió que otras acciones trascendentales han sido: el desarrollo de mini portales temáticos, los cuales son alimentados con temas del medio marino; la biblioteca verde del CENEAM; el apartado infantil, pues al estar en un entorno rural se cuenta con pocas bibliotecas, razón por la cual les pareció muy importante apoyar a la comunidad educativa mediante el préstamo de material, y por último, pero no menos importante, se cuenta con la biblioteca forestal la cual se conecta con la fototeca, debido a que esta última cuenta con más de 18 mil imágenes, y entre ambas ofrecen un gran servicio.
“Otra de las importantes acciones que se han realizado tiene que ver con un próximo proyecto enfocado a la biblioteca de las semillas que entre otras cuestiones, pretenden que sirva para fomentar la soberanía alimentaria, la promoción de la cultura sostenible mediante el préstamo de semillas, así como el fortalecimiento de redes con las personas que se ocupan de este campo como son los hortelanos.
Por último, habló de un póster que trata de literatura y naturaleza, el cual resultó ganador, porque propone que a través de la literatura las bibliotecas verdes pueden llegar a emocionar y sensibilizar, y, por otro lado, en IFLA quedaron como finalistas del premio al mejor proyecto de biblioteca verde.
Por otra parte, en el foro también se presentaron mesas redondas, donde fueron expuestas experiencias de buenas prácticas relativas al tema tratado en esta séptima emisión, la cual culminó de manera muy satisfactoria al dejar un cúmulo de valiosas experiencias y conocimientos a todos los participantes.
Reseña informativa: María del Rosario Rodríguez León









