La biblioteca y el arte
Elsa Barberena Blásquez
División de Estudios de Posgrado
Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Nacional Autónoma de México
Introducción
La bibliotecología artística existe de la unión de las dos disciplinas: el arte y la ciencia bibliotecológica y de la información (library and information science).
Aquí quisiera colocar la bibliotecología entre las ciencias sociales, las humanidades y el arte. Se ha recibido la herencia del neokantianismo, de la duda acerca de la cientificidad, en el que solamente las ciencias naturales merecen el nombre de "ciencia", mientras que las que se ocupan de los seres humanos y la cultura, se ven reducidas a la categoría de "disciplinas" que llevan el nombre en alemán de ‘Geisteswissenschaften’ o sea "ciencias del espíritu".
Por otra parte cada vez más se refiere a la ciencia de la información como un curso dentro de un plan de estudios que abarca la bibliotecología y los estudios de la información.
Es así que el directorio de planes de estudio de 1996 de la Oficina de Acreditación de la ‘American Library Association’, se refiere a los estudios de bibliotecología y de información (lis-library and information studies).
Por lo que se refiere al arte, en este artículo se habla de lo que antes se llamaba Bellas Artes (Fine Arts) que incluye pintura, escultura, grabado, dibujo, y no a las artes en donde se encuentran además del arte, la literatura, la música, la danza, el teatro y la arquitectura.
Ejemplo de esto último es la Biblioteca de las Artes, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) en Churubusco.
La disciplina del arte aparece formalmente con la publicación en 1761 del libro de Johann Joachim Winckelmann Geschichte der Kunst des Altertums y se establece en 1844 con la cátedra para el estudio de la Historia del Arte en la Universidad de Berlín.
Los investigadores Bolaños y Maldonado (1) hablan "de los efectos patológicos de la gran división" es decir de la pugna que existe en la arbitraria división del conocimiento denominado "científico" y el que se hace llamar "humanístico".
Sugieren una división del conocimiento en sus aspectos teóricos y aplicativos esto es, explicativos por un lado, e instrumentales por otro y concluyen que gran parte de la problemática relacionada con las políticas de educación superior, de ciencia y tecnología, de vinculación social, es la presión hacia las humanidades y ciencias sociales por adquirir un carácter pragmático y utilitario —que en muchas ocasiones no les corresponde— y encuentra su nudo de origen en esta estrecha división.
"En la realidad ninguna ciencia es exacta y se pueden dar varios ejemplos de como los conocimientos producidos por las ciencias inciden de alguna manera en la cosmovisión del humanista y del artista."(2)
La bibliotecología tiene su fondo filosófico y aunque todavía le falta generar y profundizar teorías, ya se está avanzando al respecto. En ella existe una revaloración y una interpretación humana de la información contenida en sus colecciones, impresas, audiovisuales, electrónicas y digitalizadas.
La información la genera un ser humano para que al procesarla y comunicarla se pueda generar más información que apoyará y transmitirá el conocimiento.
El campo de los estudios sobre la comunicación permite establecer una fundación teórica a la entrevista de consulta con la que se describe, analiza y evalúa el comportamiento de la comunicación entre bibliotecarios y usuarios, sus conexiones y sus percepciones de éxitos o fracasos. (3)
Es necesario que los bibliotecarios inicien o amplíen su conocimiento sobre la teoría de la comunicación para mejorar su comprensión y promover una comunicación efectiva con los usuarios.
Una vez que se ha dado una definición a las palabras, los párrafos subsecuentes presentan: los usuarios, los tipos de bibliotecas, las asociaciones, la profesión y conclusiones.
Los usuarios
El arte incluye muchas facetas: la creación de objetos artísticos además de la apreciación, comprensión e historia del arte. Cada una de estas facetas tiene su propia literatura; cada una tiene sus practicantes, alumnos y maestros.
El carácter interdisciplinario de los usuarios de las bibliotecas de arte requiere de documentos sobre literatura, historia, filosofía, religión, economía, teatro y música. Generalmente los usuarios empiezan con una obra de arte específica para de allí establecer de donde provienen, si es auténtica y la ubicación de las piezas. También requieren herramientas legales y de tipo administrativo, sobre todo si los usuarios son directores de museos y galerías. A los docentes les interesan los libros de apreciación del arte; para los restauradores las obras de naturaleza científica o técnica son importantes; los artistas se interesan por materiales, herramientas, técnicas e imágenes así como de literatura sobre cómo exhibir y el mercado del arte.
Para los arquitectos son importantes las fuentes de información sobre diseño, tecnología, ingeniería, conservación y diseño de paisajes. A los bibliotecarios de bibliotecas de arquitectura se les solicita, frecuentemente, evaluar la literatura, compilar bibliografías especializadas y resúmenes, hacer informes sobre clientes potenciales y sitios, y mantener archivos de proyectos pasados, guías de costos, normas, informes técnicos, documentos oficiales tales como estudios del impacto del medio ambiente, fuentes sobre dibujos arquitectónicos y programas de mercado.
Existen también investigadores de imágenes que necesitan localizar reproducciones adecuadas para ilustrar libros, revistas, catálogos, etc. Esta profesión especializada demanda recursos visuales, como los bancos y directorios de imágenes, y ayuda en las restricciones de derechos de autor.
Tipos de bibliotecas
Los tipos varían desde una pequeña colección de obras de consulta en una galería de arte, hasta una gran colección en un museo de arte importante. Ejemplos:
• Rijksbureau voor Kunsthistorische Documentatie’ en Holanda, que conserva un archivo sobre el arte de los Países Bajos además de una colección de libros y publicaciones periódicas.
• La colección sobre artistas contemporáneos del moma (Museum of Modern Art) en Nueva York.
• La colección sobre arte y cultura oriental de la ‘Freer Gallery of Art Library’ en Washington, D.C.
• La biblioteca del Museo Amparo en la Ciudad de Puebla.
Una biblioteca universitaria debe atender las necesidades de información de sus alumnos y maestros. Ejemplo: La Biblioteca de la Universidad de las Américas, Puebla.
La biblioteca de un museo de arte debe tener documentos relacionados con la colección de objetos del museo. Ejemplo: La Biblioteca del Museo Franz Mayer, en artes aplicadas contiene libros, publicaciones periódicas que complementan sus objetos para identificarlos, valorarlos, conservarlos y difundirlos a los visitantes del museo; tiene además libros sobre la administración y organización de museos y fuentes de información relacionadas con la historia del museo, el edificio y la lista cronológica de sus exposiciones.
Algunas bibliotecas de museos o bibliotecas especializadas participan en programas de intercambio de publicaciones, o son depositarias de ellas. Ejemplos: del primero, el propio Museo Franz Mayer, y del segundo caso la Biblioteca "Justino Fernández" del Instituto de Investigaciones Estéticas de la unam.
Otro tipo son las secciones de libros de arte en la Biblioteca de México.
Uno de los servicios de los departamentos de arte en las bibliotecas públicas norteamericanas es el servicio de consulta vía telefónica. Servicio inexistente en México y que sería necesario implementar quizás ahora con las nuevas tecnologías, vía ‘internet’ en donde se daría también información a los arquitectos, empresas de diseño de interiores, galerías de arte, casas de subasta y se tendría contacto con la Academia Nacional de Arquitectura y la Sociedad Mexicana de Arquitectos.
La función social de las bibliotecas de arte es dar acceso a las ideas artísticas a través de la documentación. Nuestra sociedad está basada en una acumulación de conocimientos y se mantiene activa por la producción y el uso de la información. Es por esto que la biblioteca de generación activa puede estimular el interés en el estudio de un tema específico y, por lo que toca a la esfera del arte, podría reforzar los cambios sociológicos que pretenden obtener algunos artistas.
Las bibliotecas de arte son bibliotecas de comunicación visual que pueden alentar la creación de lenguajes visuales, de educación visual y de expresión visual. Tradicionalmente las bibliotecas de arte se establecieron para los conocedores, los coleccionistas, los curadores, los miembros de las academias de arte, los historiadores de arte quienes hacen investigación, pero han excluido su papel social al no permitir, algunas de ellas, el acceso a sus colecciones al público en general. La nueva tecnología facilita la comunicación visual del arte al público. Cualquier persona tiene acceso a los recursos de la creación visual sin dejar la casa, la oficina, el cubículo. La comunicación social se automatiza y esto ayuda a aumentar el papel social de las bibliotecas de arte. Los artistas y diseñadores se benefician de las bibliotecas de comunicación visual y, como progenitores de la imagen, ellos también son indispensables para su funcionamiento.(4)
Al entrevistar a Manuel Felguérez, artista mexicano, en el X Coloquio Internacional de Historia del Arte, celebrado en junio de 1985, sobre si los espectadores del arte en América Latina estuvieran bien informados por medio de los libros, artículos, catálogos, aumentaría el interés por su obra, dice ciertamente, si la información fuera de manera continua.
De acuerdo a Damián Bayón, en su charla sobre arte argentino contemporáneo el 13 de junio de 1985 en la unam, se reflejó poco interés en la exposición de arte argentino en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México ya que, el nuevo realismo de Berni, el surrealismo de Porter y Segui, y la geometría sensible de Brizzi y Polesello, no se transmitió por los canales formales de comunicación como son los diarios y la televisión.
Francisco Toledo a los 11 años, en 1954, en su ciudad natal, Oaxaca, donde estudió la secundaria, quería saber sobre pintores y sobre arte, pero sólo había una pequeña biblioteca y ahí no había nada de los datos que requería. Ahora el Instituto de Artes Gráficas, en Oaxaca tiene una biblioteca de arte, con el espíritu de ofrecer un sitio donde se junten los jóvenes, para que lean y vean.
El autor al escribir un libro da como resultado una publicación primaria. De la publicación se pasa a la distribución primaria, en la que la biblioteca o centro de información o documentación al obtener el material bibliográfico lo organiza y difunde. La distribución secundaria que hace la unidad de información al ofrecer material bibliográfico al usuario cierra el ciclo de transferencia de la información, que es la razón de ser de la biblioteca.
Las Asociaciones
Quizás lo distintivo en el surgimiento de la biblio-tecología artística como una especialidad, ha sido la formación de asociaciones de bibliotecas y bibliotecarios de arte.
En México los pocos bibliotecarios que están relacionados con colecciones y bibliotecas de arte se inscribieron a la ambac (Asociación Mexicana de Bibliotecarios, a. c.); posteriormente de 1984 a 1992 existió la sección de arte de esta asociación. Se desintegró y se piensa retomarla no solamente para el campo del arte sino para el de las artes; es decir incluirá arte, literatura, música, teatro y arquitectura.
A la fecha existen 37 colecciones de arte en bibliotecas y museos.
Algo similar ocurrió en los Estados Unidos de Norteamérica, los bibliotecarios de arte se inscribieron a la ala (American Library Association) y a la sla (Special Library Association). En 1924 se estableció el arrt (Art Reference Round Table) de la ala para las bibliotecas públicas. En 1919 un grupo especializado en arte se menciona en las memorias de la 10ª Conferencia de la sla; y en 1929 el ‘Museums Group’ se formó bajo los auspicios de esta última asociación. En 1959 la ‘Art Subsection’ se establece como parte de la ‘Subject Specialists Section’ de la acrl (Association of College and Research Libraries). En 1971 el ‘Museums Group’ de la sla se transforma en ‘Museums, Arts, and Humanities Division’.
Además en 1952, los miembros de la sla fundan la ‘Picture Division’. En 1968 la asis (American Society of Information Science) aprueba el ‘Special Interest Group for Arts and Humanities’. Este grupo es el foro para la aplicación de la ciencia de la información y la tecnología a las artes y las humanidades.
En 1969 se funda arlis (Art Libraries Society) en el Reino Unido y en 1972 arlis/na (Art Libraries/North America) en donde miembros de Canadá y México son participantes activos. Esta asociación publica el arlis/na newsletter y el Art Documentation, monografías, directorios, guías y normas.
La ifla (International Federation of Library Associations and Institutions) tiene una sección de arte desde 1977. La ‘Japan Art Documentation’ se establece en 1989. Otras asociaciones no de bibliotecas ni de bibliotecarios, pero relacionadas con el arte son caa (College Art Association), sah (Society of Architectural Historians), aam (American Association of Museums), alaa (Association for Latin American Art), aamd (Association of Art Museums Directors), el ica (Consejo Internacional de Archivos), el icomos.
La historia de la sección de arte en México es más reciente que la de los otros países. Nace, como ya se mencionó, en el seno de la ambac en 1984, y reúne a 10 bibliotecarios del Distrito Federal y de Guadalajara para llegar a aproximadamente 20 miembros hasta su disolución en 1992. Algunos de estos miembros lo son también, de manera activa, en arlis/na, en la sección de arte de ifla, y en la alaa, y presentan ponencias sobre arte de América Latina en salalm (Seminar on the Acquisition of Latin American Library Materials).
La profesión
Los bibliotecarios o profesionales de la información en las disciplinas de las artes y la bibliotecología son prácticamente inexistentes en México. Las escuelas de bibliotecología ofrecen cursos introductorios de arte en general o dentro de los cursos de consulta dan uno que otro ejemplo de fuentes de información sobre arte. En la Facultad de Filosofía y Letras de la unam existe el Seminario sobre información artística dentro del plan de estudios de maestría y doctorado en historia del arte, y en un futuro cercano el curso sobre bibliotecas de arte se incluye en el nuevo plan de estudios de Maestría y Doctorado en bibliotecología y estudios de la información.
Los requisitos para el bibliotecario de arte son: 1. Conocimiento de la historia del arte y de la bibliotecología, de ser posible una licenciatura o maestría en cada una de estas disciplinas; 2. Comprensión de idiomas además del español; 3. Conocimiento de la literatura, de la bibliografía, de los servicios de índices, resúmenes, y de las bases de datos sobre arte; 4. Teorías de: clasificación, metodología, consulta, e información; 5. Administración y cómputo; 6. Principios y práctica en el desarrollo de colecciones; 7. Experiencia en bibliotecas de arte.
Los bibliotecarios se tienen que entrenar o capacitar en habilidades de la comunicación con el objeto de satisfacer al usuario. Son necesarias interacciones cara a cara en dos dimensiones: la de contenido ( la información propiamente dicha) y la llamada ‘relational’ (como se trasmite el mensaje). Es decir expresiones verbales y no verbales del bibliotecario; la comunicación interpersonal entre bibliotecarios y usuarios no es siempre satisfactoria y pueden llegar a expresiones de insatisfacción y frustración.
Si el bibliotecario cumpliera con su papel de mediador a través de su capacidad de comunicación, la difusión del arte, por ejemplo el latinoamericano, habría alcanzado niveles equivalentes a los que obtienen los difusores de las artes visuales (comerciantes, coleccionistas, críticos, directores de museos o centros artísticos). Un ejemplo de esta falta de cumplimiento por parte del bibliotecario es que Romero Brest, crítico de arte, en la política artísticovisual en América Latina no lo menciona entre las personas que pueden actuar en esta política. No obstante, la difusión que hace de las artes visuales es tan válida como la que presenta el coleccionista, el mercante, el museógrafo, ya que no solamente puede difundir las opiniones y críticas acerca de la obra de arte, sino que su difusión es más profunda porque cuenta con los documentos que publican los estéticos, los historiadores de arte y los críticos.
Jorge Alberto Manrique, crítico e historiador de arte, menciona las definiciones de la crítica de juicio, la didáctica y la creativa.(6) La de juicio es difícil hoy en día por el pluralismo del arte en donde prácticamente no existen ‘ismos’, sino la individualidad de los artistas; la didáctica tiene una función instrumental y es la más modesta; la creativa es la más atractiva, ya que consiste en la creación de un texto paralelo con el objeto de arte.
En cualquier tipo de crítica, la documentación, ya sea ésta, artículo, libro o reseña en catálogos de exposiciones, es importante porque conserva las ideas del crítico. A los conceptos expresados, yo añadiría que la documentación comprende esta crítica, y el bibliotecario de arte debe ser el intermediario, el filtro, entre las ideas del crítico plasmadas en escritos y el lector interesado; el bibliotecario tiene un papel importante como transmisor.
Romero Brest da importancia a los periodistas como ejecutores de la política artísticovisual porque tienen como instrumento la persuasión en la mano, ya que el público les escucha con credulidad. El público también da crédito a los bibliotecarios profesionales por la información que proporcionan, y su información, diría yo, es más objetiva que la de los periodistas porque pueden presentar diversas opiniones sobre tal o cual artista u obra de arte a través de la historia.
La función del bibliotecario tradicional como custodio de libros se ha transformado en hacer que la información de los libros esté disponible a todos basándose en la convicción de que toda persona tiene derecho al conocimiento. Nunca antes en la historia personas de todo tipo y clase han necesitado tanto de la información.
El proceso de información de los historiadores de arte incluye; los objetos de arte, las reproducciones de esos objetos y las descripciones escritas y observaciones acerca de los objetos de arte.
Conclusiones
Se contemplan las siguientes necesidades: 1. Satisfacer a la diversidad de usuarios de los diferentes tipos de bibliotecas, que en México no son suficientes; 2. Reanudar la sección de arte de la ambac; 3. Promover la profesionalización del bibliotecario de arte a través de cursos; 4. Reconocer que tanto existe la necesidad del arte en el ser humano, como la necesidad de la información artística contenida en las colecciones documentales de las bibliotecas.
Notas
(1) Bolaños, Bernardo y Alma Maldonado. "De los efectos patológicos de la gran división". En: Primer Encuentro Universitario de las Humanidades y las Artes. -- México : UNAM, Coordinación de Humanidades,1998.
(2) Rodríguez Fernández, Luis y José Luis Ruvalcaba Sil. "Algunas causas de la desvinculación aparente entre humanidades y ciencias". En: ibid.
(3) Radford, Marie L. "Communication theory applied to the reference encounter: an analysis of critical incidents". En: Library quarterly. -- 66 (2):123-137 (1996).
(4) Jones, Lois Swan y Sarah Scott Gibson. Art libraries and information services. Development, organization, and management. -- New York : Academic Press, 1986. p.7-13.
(5) Phillpot, Clive. "The social role of the art library". En: Art documentation . -- 2(6):177 (diciembre,1983).
(6) Manrique, Jorge Alberto. "Crítica en Latinoamérica: sincronías, disonancias". En: X Coloquio Internacional de Historia del Arte. -- México : UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1985.
(7) Stam, Deirdre Corcoran. "How art historians look for information". En: Art documentation. -- 3(4):117-119 (invierno, 1984).