Reflexiones en torno a la cultura bibliotecológica
Felipe
Meneses Tello
Programa
Universitario de Energía
Universidad
Nacional Autónoma de México
El
presente escrito tiene el propósito de analizar el quehacer bibliotecológico
como una forma cultural. Se trata
de reflexionar acerca de dónde se encuentra la bibliotecología como disciplina
y actividad del hombre, en el campo de la cultura.
Con esto, se intenta inquietar e invitar a los bibliotecólogos
interesados a que profundicen en la abstracción y reflexión de su profesión:
la Bibliotecología, específicamente en el terreno de la cultura.
El
Diccionario de Ciencias Sociales(1) expresa que el concepto cultura
en su aceptación científica nació en Alemania
hacia mediados del siglo XIX, pero no quedó claramente definido sino hasta 1871
en que el británico Taylor en su obra titulada. Primitive culture
manifiesta que cultura es aquello artístico, científico, industrial en una época
o grupo social.
Atendiendo
a las definiciones anteriores, se puede afirmar que los elementos que
constituyen la cultura de un pueblo son
la lengua, las ciencias, las profesiones, las costumbres y tradiciones de
toda índole, entre otros, que vienen a ser valores y símbolos que se trasmiten
de generación en generación y sé asimilan a través de diferentes medios.
De
acuerdo con las definiciones expuestas, la cultura es un grupo de formas de
comportamiento, de formas de ser, actuar y pensar.
Luego entonces, la cultura de un pueblo está conformada por un gran
mosaico de formas culturales, las cuales, en conjunto, estructuran un estilo de
cultura general propia. Dichas
formas varían en cuanto el grado de conciencia, de complejidad y en cuanto a su
categoría.
Singer(2), quien escribiera la parte
conceptual sobre cultura en la Enciclopedia Internacional de las Ciencias
Sociales, nos dice que los modelos más sencillo son las formas de
comportamiento explícitas y más o menos objetivas que se expresan en las
costumbres de la indumentaria, la dieta alimenticia, el trabajo, el saludo y los
objetos, es decir las formas evidentes. Por
otra parte, están los modelos complejos que subyacen a la organización social,
política, económica y a los sistemas de religión, lenguaje, derechos, filosofía,
ciencia y arte. A éstos últimos
Kroeber los clasifica en l)básicos o sistemáticos y 2)secundarios; los
primeros son los que han persistido durante varios milenios como formas
culturales coherentes de, características con valor funcional (v. g.: el
alfabeto, la agricultura, el monoteísmo); los segundos son aquellos que están sujetos a una
mayor variedad e inestabilidad (v.g. organización social, sistema político,
sistema de pensamiento,, etc.). El esquema de esto podría ser el siguiente:
Formas
culturales |
![]() |
Modelos sencillos
Modelos complejos
|
|
Básicos (alfabeto, etc.)
Secundarios |
Acorde con
el, esquema anterior, podemos afirmar que toda cultura está constituida por una
serie dé formas o modelos culturales que tienden a permanecer como conjuntos
organizados de costumbres o comportamientos, a pesar del continuo proceso de
cambio al que están expuestos.
La Bibliotecología
en la cultura
En
virtud de que no se encontró literatura relativa a lo que es una cultura
bibliotecológica propiamente dicha, los párrafos siguientes tienen el objeto
de presentar algunas reflexiones en torno a lo que se podría considerar y entender cono una cultura de esta naturaleza.
De
acuerdo con el esquema de la fig. 1. se puede decir que la cultura estructurada
por las formas profesionales de la bibliotecología generadas, aprendidas y
transmitidas por determinados grupos humanos, está situada dentro de los
modelos complejos de las diferentes formas culturales que integran la
cultura general de un conglomerado humano, distribuido en un país, región o
continente. Dentro de esta clase de
modelos quizá la mayor parte de la cultura bibliotecológica se localiza en los
llamados modelos complejos secundarios, es decir, en aquellos que están
expuestos a un mayor riesgo de cambio.
La
inestabilidad, variaciones y alteraciones de una de las partes de un modelo
complejo cultural, como el de la cultura bibliotecológica (véase fig. 2), se
deriva del continuo conocimiento que se genera en los diversos niveles y fases
de la investigación científica, tecnológica y humanística así como de la
inquietud de cambiar por mejorar o desplazar determinados componentes.
La
cultura bibliotecológica se puede considerar como una unidad compuesta de
partes mutuamente interrelacionadas, de manera que si sufre una de las partes
determinados cambios, éstos podrían repercutir sobre las restantes Esto es,
dependiendo del tipo y grado de cambio que presente uno de los componentes podrá
o no ocasionar cambios en cadena, los cuales, en el caso de ocurrir
modificaciones, cambiarán de manera notable la totalidad.
Para aclarar lo anterior, tomemos como ejemplo
la introducción de la computadora en el campo de la formación de catálogos
bibliográficos. Esta tecnología
ha venido a revolucionar profundamente los departamentos de procesos técnicos
de las unidades de información que han adoptado este avance tecnológico.
Los cambios producidos en dicho campo han generado variaciones en el
resto de las labores bibliotecol6gicas, de las que han sido testigos todos los expertos
en esta área de trabajo.
Por otra parte, la plataforma en que descansa
la cultura bibliotecológica se encuentra en los modelos complejos básicos, es
decir: 1) al ubicarse el alfabeto en esté grupo y al considerarse este valor cultural como el elemento fundamental para la generación de escritos, y 2)
al registrarse el conocimiento en un libro, entre otros documentos impresos,
mediante los símbolos de algún alfabeto; y al ser el libro una
de las materias primas básicas de toda biblioteca,
queda claro que la cultura bibliotecológica encuentra sus cimientos en
los modelos culturales básicos.
Se
podrían escribir más razonamientos para ilustrar el cuándo, él dónde, el cómo
y el por qué la cultura bibliotecológica está distribuida en el grupo de
modelos culturales complejos, sin embargo, lo anterior es más que suficiente
para invitar, a quienes les interese profundizar al respecto, a realizar
investigaciones en este campo hasta ahora, al parecer, inexplorado.
Si se acepta la tesis de que la bibliotecología,
como forma cultural, está entre los modelos complejos básicos y secundarios,
entonces podemos afirmar que la cultura bibliotecológica es una forma superior
de cultura, generada principalmente por grupos humanos que alcanzan altos grados académicos.
Las manifestaciones específicas del quehacer
de bibliotecólogo, son matices dentro del universo cultural en que se
encuentran localizadas las realizaciones de otras disciplinas, y el conjunto de
todas ellas representan una parte de la totalidad de lo que denominamos en término
general, cultura. Desde esta perspectiva, no hay duda de que la
bibliotecología, como creación del hombres, es una forma cultural específica.
Los
elementos que configuran la compleja cultura bibliotecológica son: los sistemas
de ideas y técnicas; los trabajos de investigación y sus resultados, la
literatura, las industrias culturales(3) ,y todo aquel testimonio
hecho por la sociedad bibliotecológica, que resultan de su actividad creadora,
es decir, de los logros alcanzados a través de los años por aquellos grupos
humanos que dedican gran parte de su tiempo a la investigación, enseñanza y
trabajo en el marco de la bibliotecología.
El
esquema de la fig. 2 representa un modelo general de los elementos que
intervienen en ¡a configuración de la cultura bibliotecológica.'Este modelo
puede ser modificado de acuerdo a los criterios y niveles de abstracción de
cada. quien, sin embargo, no pueden ser excluidos los elementos claves (los
enunciados en mayúscula cerrada) que lo estructuran.
LA CULTURA BIBLIOTECOLÓGICA |
ç
æ
Requiere ciertos incrementan
|
å
Investigan, enseñan, estudian y trabajan para conformar |
|
q
p
CONOCIMIENTOS TEÓRICOS Y PRÁCTICOS |
tGenerant |
p DETERMINADOS GRUPOS HUMANOS |
q
Modifican, desarrollan, explotan e incrementan |
p Resuelve los problemas de información de |
|
è |
El acervo documentalæ |
Nota: A partir de los rótulos en mayúsculas siga cualquiera de las flechas emergentes;- léase el texto a medio recorrido y pásese a otro rótulo de mayúsculas; de esta forma se obtendrá una idea completa.
2. Singer,
Milton. "Cultura :, concepto". Enciclopedia internacional
de ciencias sociales. Madrid :
Aguilar, 1975. Vol. 1, p. 298
3. Industrias culturales : el futuro de la cultura en juego Ari Anverre... [et. al]. México : Fondo de Cultura Económica, 1982. 309 p.