Robert
Endean y Federico Dávalos
Dirección
General de TV UNAM
En
la actualidad, el uso de las videograbaciones se ha difundido ampliamente en
todos los ámbitos de la Universidad Nacional, como seguro apoyo a la docencia,
la investigación y la extensión.
Debido
a su naturaleza versátil y a su accesibilidad, así como al incesante
desarrollo técnico, se ha originado un incremento de unidades de producción televisiva especialmente orientadas a la
realización de televisión educativa, en donde las características de
maniobrabilidad, simpleza y bajo costo de los formatos pequeños o
semi-profesionales han demostrado
su utilidad.
Para
tener una idea de las existencias y la dispersión de estos materiales
observamos que Añorve Guillen (1987) registra 10 dependencias universitarias
que poseen películas, constituyendo un
18% del total que enlista como poseedoras de audiovisuales, aunque
principalmente se refiere a centros de conservación o consulta:
bibliotecas, etc. Por su parte, el catálogo de AUDIOVIS (1988), proyecto de la
Dirección de Intercambio Académico, consignó las existencias de audiovisuales
en general incluyendo los aquí tratados, en 46 dependencias, el 27.4% del total
en la UNAM.
La
magnitud real del acervo videograbado, sin embargo, es desconocida, y también
se desconoce cuáles son y en dónde están, los diversos centros de producción,
conservación o consulta de estos materiales.
Un
importante centro de producción es la Dirección General de Televisión
Universitaria que en la Videoteca del Departamento
de Información y Documentación posee más de 16,000 videocassettes, que
constituyen un importante segmento del patrimonio histórico de la Universidad.
Sabemos
que hay dispersos valiosos acervos que dan testimonio de la producción
televisiva de la UNAM, y que apoyan sus funciones sustantivas, pero se desconoce
su número, identidad y ubicación.
Las
enormes e indudables ventajas de la videograbación se enfrentan a la tremenda
fragilidad de este soporte y, hasta ahora, la UNAM no ha desarrollado
suficientes esfuerzos institucionales orientados
a la preservación de este importante patrimonio.
Para
nadie es desconocido el importante papel que desempeñan las bibliotecas,
hemerotecas, archivos y todos los
centros documentales, que auxilian a los universitarios
al preservar y difundir la cultura. Nuevos desarrollos tecnológicos han
provocado el advenimiento de
diversos soportes de información que no registran enfáticamente signos
verbales, y consecuentemente la aparición de centros como la discoteca o
audioteca, la filmoteca y la videoteca.
El
gran problema de estos centros es que el local donde se almacena el material no
cumple con los requisitos mínimos para su conservación; el espacio es
insuficiente, carece de control ambiental (temperatura, humedad e iluminación)
y los materiales están expuestos al polvo.
A
lo anterior debemos sumar la carencia de recursos y procedimientos que eviten el
uso y copiado riesgoso para las matrices de estos materiales.
En
estas circunstancias, no puede garantizarse una longevidad mayor de unos pocos años
para esta parte del patrimonio universitario.
Requerimos
locales debidamente planificados,
que se dediquen ex profeso al
almacenamiento de los acervos de videograbaciones, reuniendo las características
mínimas de cimentación locación,
ambientales, de aislamiento, espacio y físicas, que señalan las normas.
Otro
serio problema es la falta de controles para la recuperación de estos acervos;
la falta de catálogos y de un orden en las colecciones, que permitan la fácil
y rápida identificación y localización de los materiales, y que
trasciendan la inmediatez permitiendo su conocimiento a toda la comunidad.
De
este modo, los acervos de videograbaciones se constituyen en “cementerios”,
donde los materiales yacen perdidos, olvidados o mediante se conocen por medio
de catálogos de manufactura casera y se ubican por clasificaciones propias.
Hace
falta normalizar la descripción y la ordenación de estas colecciones, y también
contar con un catálogo colectivo de ellas.
En este último aspecto, existe un proyecto pionero que requiere
actualización, el AUDIOVIS.
Aunada
a los problemas que hemos descrito, tenemos que la legislación universitaria
que prescribe el acuerdo para la
protección, uso y conservación del patrimonio histórico documental (1988), y
la reglamentación bibliotecaria universitaria,
entiende expresamente bajo el término “documento” todo soporte de información,
pero su referente implícito son los depósitos tradicionales del saber y la
cultura en los que predominan materiales impresos
y manuscritos que registran
fundamentalmente signos
verbales: las bibliotecas y los archivos.
De
esta manera, tenemos que los cuatro problemas que principalmente aquejan
a nuestra Máxima Casa de Estudios
en lo referente a sus posesiones de acervo de videograbaciones son los
siguientes:
A.
Desconocimiento de las colecciones: su naturaleza, número, identidad y
ubicación ;
B.
Falta de condiciones
adecuadas para su preservación;
C.
Carencia de organización de
los acervos y de una normatividad que permita el fácil y rápido
acceso a la información.
D.
Falta de una legislación universitaria que explicite este tipo de
formato.
Los tres primeros están siendo
abordados por un grupo de universitarios en el marco del desarrollo de una Red
Universitaria de Televisión y Video, quienes buscan fundamentalmente hacer
recomendaciones.
Por lo anterior se hace
indispensable determinar lo que debe y puede hacerse para encontrar soluciones
acordes a las necesidades universitarias. De manera inmediata, proponemos las
siguientes alternativas:
1.
Que el Consejo de Bibliotecas y Documentación
considere la problemática y plantee soluciones coherentes y viables, con
base en la situación imperante, los requerimientos y los
objetivos propuestos;
2. Que la Dirección General de Bibliotecas amplíe sus funciones para dar cabida a las diversas colecciones, adecuándose, en su caso, a las necesidades que plantee la producción;
3.
Crear un órgano
centralizador homólogo a la Dirección General de Bibliotecas, que aporte
soluciones a los problemas planteados;
4.
Que el Comité Técnico creado por el Acuerdo para la protección, uso
y conservación del patrimonio histórico documental de la UNAM considere
estas colecciones y se responsabilice de dar soluciones a los problemas
existentes; o
5.
Crear una Comisión Permanente que oriente sus trabajos a las
resoluciones de estos problemas pudiendo quedar integrada por la Dirección
General de Bibliotecas, la Dirección General de Actividades Cinematográficas,
el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, el Centro Universitario
de Investigaciones Bibliotecológicas,
el Centro de Investigación Científica y
Humanística , el Centro de Estudios sobre la Universidad , la Dirección
General de Televisión Universitaria, y por representantes de los centros
de producción
El Análisis que conlleve a la
selección de algunas de estas alternativas, o de otra que se considere más
justa para dar la atención requerida, deberá necesariamente hacer copartícipes
a los centro de producción, de otro modo, no habrá coherencia en cualquier
propuesta que se haga.