Palabras pronunciadas por el Doctor Rafael Pérez Pascual, Director de la Facultad de Ciencias de la UNAM Señor Lic. Carlos Salinas de Gortari, Hace poco más de 50 años en nuestro país la ciencia era tan escasa y limitada que bien podría habérsele considerado como ajena a México. No había instituciones donde desarrollar una actividad científica profesional, donde se impartiera una educación para formar científicos, el número de personas con una cultura científica era sumamente pequeño y aún más reducido el de aquellos mexicanos que habían alcanzado un nivel que les permitiera aportar en la investigación original. Enmarcada en ese contexto, en el auge pos revolucionario y en el seno de la Universidad Nacional se fragua una gran empresa: la construcción de instituciones con las que impulsar una ciencia para México, Así surge la Facultad de Ciencias de la UNAM, un proyecto educativo con un objetivo fundamental: ser el centro formador de los hombres que habrían de integrar la ciencia académica de nuestro país. Nuestros grandes profesores, los que fundaron nuestra Facultad, supieron recoger el momento social, económico y político de la época y construir un proyecto profundamente real; supieron también llevar adelante en forma magistral su ejecución, Hoy podemos afirmar que México cuenta con una ciencia académica institucionalizada, que si bien es aún limitada, en sus dimensiones, es grande en calidad. La Facultad de Ciencias ha sido partícipe de este proceso y pensamos que ha cumplido con plenitud su labor educativa, ha sido uno de los pilares de la construcción de esa ciencia académica con la que hoy cuenta nuestro país. Ahora bien, ese proyecto que nos dio origen, la formación de los científicos académicos de México, y que, como hemos dicho, se ha cumplido, pensamos que hoy es ya estrecho. La ciencia en la sociedad actual tiene dos aspectos básicos: el cultural y el económico. Ninguna sociedad es capaz de sostener el crecimiento indefinido de un aparato científico limitado al mundo cultural o académico; es más, pienso que los límites al crecimiento de una ciencia así, son estrechos. Los vínculos sociales de la ciencia en México son débiles, la incidencia mutua entre la ciencia y la producción es mínima y los canales de integración cultural de la ciencia con la sociedad aún son imperfectos. Así, habiendo participado con entusiasmo en el gran proyecto formador de la ciencia académica de México, la Facultad de Ciencias, enfrenta hoy nuevos retos y exigencias de la sociedad. Hoy contamos con mucho de lo que nuestros maestros soñaron, pero debemos entender que hay que ampliar nuestros horizontes sin dejar, desde luego de cuidar y engrandecer nuestra herencia. El futuro de la ciencia en México, y en buena parte del desarrollo nacional mismo, depende de la incidencia que la propia ciencia, la investigación y la innovación tengan en el aparato productivo. Considero que. lo limitado de esta incidencia es uno de los más importantes problemas nacionales, y como tal involucra muchos factores, instituciones y fuerzas sociales. Integrar la ciencia a la sociedad es un proyecto insoslayable de desarrollo que implica reformas profundas de los esquemas productivos y de las relaciones sociales y económicas, toca a las distintas instituciones y fuerzas sociales participar de muy diversas formas. Al gobierno corresponde dar los grandes lineamientos políticos capaces de coordinar y aglutinar a la sociedad en torno a un proyecto de esta naturaleza. A las empresas productivas tanto sociales como privadas, les toca una de las mayores responsabilidades: transformar sus esquemas productivos y de relación económica y social, para incorporar a la innovación tecnológica propia y a la ciencia misma como elementos fundamentales de la producción, de la competencia y del orgullo y la satisfacción de la empresa. A las fuerzas sociales participar con inteligencia, seriedad y responsabilidad social en el indispensable debate que toda reforma de esta envergadura requiere. Sabemos, señor Presidente, que todo esto se está dando, en especial sabemos de los importantes esfuerzos que su gobierno realiza en esta dirección. A la Facultad de Ciencias le corresponde una participación más modesta pero sumamente importante. Decíamos que hemos sido uno de los principales actores en el proceso de formación de la ciencia de México, pero que hoy nos toca ampliar nuestro horizonte. El proyecto que nos dio origen, la formación de los científicos académicos de México, lo hemos realizado y proseguiremos en este camino con energía, entrega y calidad; pero entendemos que hoy debemos atraer a muchos más jóvenes y prepararlos para una ciencia más amplia. Tenemos ante nosotros la responsabilidad de abrir una nueva fase en el desarrollo de nuestra institución. No se trata de abandonar nuestra tradición, todo lo contrario, se trata de continuarla, de apoyarnos en ella para hacerla trascender. Necesitamos continuar formando científicos del más alto nivel, pero en un contexto y con una perspectiva más amplios; necesitamos atraer a nuestras aulas más jóvenes con vocación científica, pero también con una mayor variedad de perspectivas e intereses. En este contexto hemos iniciado ya reformas en muchos aspectos de nuestra vida institucional. Estamos empeñados en la reestructuración de nuestras licenciaturas, las que en muchos aspectos de sus contenidos, orientaciones y métodos educativos son obsoletas. Buscamos formas para mejorar la calidad de la enseñanza y enfatizar la importancia de la experimentación y los laboratorios en la formación de los científicos. Deseamos una relación más activa de los estudiantes con la ciencia y sus aplicaciones e integrar más la investigación con la docencia. Muy destacadamente nos orientamos por enriquecer la vida académica y cultural de nuestros alumnos, y favorecer una interacción educativa más profunda de los estudiantes con sus maestros. La consolidación de estos proyectos de expansión de nuestros propósitos en la formación de científicos, implica un importante esfuerzo conceptual y académico, y superar muchas deficiencias de carácter material y económico que hoy nos restringen. Dentro de este marco deseamos hoy tocar un punto que nos parece de la mayor importancia y trascendencia: la construcción de un nuevo edificio para albergar la biblioteca de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Destacábamos hace un momento la necesidad de enriquecer la vida académica y cultural de nuestros estudiantes; en este sentido debo hacer ver lo que considero es una característica de un número muy importante de nuestros alumnos, quizá de la mayor parte de ellos. El contexto social, cultural y económico de la familia en que se desenvuelven nuestros estudiantes, hace que no cuenten en sus hogares con un espacio adecuado en donde estudiar y desarrollarse. Las bibliotecas de las instituciones educativas deben ser ese espacio. Una biblioteca debe ser mucho más que un acervo amplio y bien organizado; debe ser un centro de intensa actividad académica y de estudio, un espacio para lograr el recogimiento que el estudio individual requiere, y también un medio donde se fomente la discusión y la interacción académica del estudiante con el profesor, donde se puedan reunir grupos de estudio, donde se pueda organizar conferencias y seminarios, donde se ponga a disposición del estudiante los grandes avances de la informática y los medios educativos modernos, en pocas palabras, debe ser el centro de la vida universitaria y en gran parte la casa de nuestros estudiantes. A lo largo de los años hemos atesorado un acervo modesto pero digno; sin embargo, la biblioteca con la que hoy contamos dista mucho de ser lo que debe ser, es más, en ocasiones pensamos que, dado lo raquítico e inhóspito de sus instalaciones, actúa en sentido inverso: en vez de atraer al estudiante, lo aleja y lo sin un lugar donde estudiar. Nuestros propósitos y, proyectos se verán sumamente limitados si no podemos retener al estudiante y ofrecerle el espacio adecuado donde desarrollar una vida académica y rica. Sr. Presidente, Sr. Rector, esta nueva biblioteca ha de ser una de las armas más importantes para la construcción de esta nueva fase de la Facultad de Ciencias de la que hemos hablado y que consideramos está inscrita en ese gran ideal republicano y democrático con el que, como institución de educación superior pública y nacional, estamos identificados y comprometidos. |