Palabras pronunciadas por el Dr. José Sarukhán Kérmez, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México 


Lic. Carlos Salinas de Gortari,
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos;
Mtro. Arsenio Farell Cubillas,
Secretario del Trabajo y Previsión Social;
Señores miembros del presidium;
Colegas Universitarios:

Por tercera ocasión en menos de 15 días, las puertas de la Residencia Oficial del Presidente de la República se abren para la Universidad Nacional Autónoma de México. Ahora es la comunidad de la Facultad de Derecho, los abogados de México, quienes acuden ante Usted, Señor Presidente para referir lo que ya han realizado desde hace varios años, a través de una magnífica campaña de recolección de fondos, a fin de dotar a la centenaria institución de una nueva biblioteca. Este proyecto es tan relevante para la Universidad, pues no es aventurado afirmar que después de los acervos de la Biblioteca Nacional, los de mayor mérito, cantidad y valor son las colecciones de la antigua Escuela de Jurisprudencia, hoy Facultad de Derecho.

Las comunidades del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, de la Facultad de Ciencias, de la Facultad de Economía y en general toda la Universidad ha recibido con enorme interés y beneplácito las decisiones presidenciales de apoyar con recursos extraordinarios la construcción de estas nuevas bibliotecas. Faltaría en la propuesta global la correspondiente a la Facultad de Derecho, con lo que todas las grandes facultades y escuelas de la Universidad, excepción hecha del sistema de bibliotecas del bachillerato pues éste merece una consideración aparte tendrían asegurados locales adecuados para la preservación, guarda y utilización óptima de sus acervos.

Los planteamientos formulados por la UNAM al Presidente de México y conocidos y valorados estimamos que de manera muy favorable- por la opinión pública nacional, podrían suponer que la Universidad asume una actitud pasiva y exclusiva de pedir a su gobierno mejores bibliotecas, sin informar consecuentemente lo que la Institución ha venido realizando en esta tarea y si está preparada como sabemos que ocurre- para operar las nuevas bibliotecas y si las condiciones de la infraestructura humana, física y financiera con que cuenta para un proyecto académico de la dimensión del de las bibliotecas universitarias son las adecuadas.

En este sentido he de ocupar algunos minutos para dar cuenta de lo que hemos denominado en los últimos tres años el Programa de Bibliotecas.

La Universidad ha tenido particular cuidado, desde hace muchos años, en mantener y mejorar su sistema bibliotecario en todos sus aspectos: personal especializado, acervos, instalaciones físicas y servicios. Para ello ha destinado los presupuestos necesarios, realizando en algunos momentos esfuerzos enormes para mantener y superar los servicios de información bibliográfica en sus bibliotecas.

Uno de los proyectos que mayor atención ha recibido en el mencionado Programa, ha sido el de ofrecer a los usuarios información bibliográfica actualizada, mediante el mantenimiento de los acervos. Esto ha significado aumentos considerables en los presupuestos destinados a la adquisición del material documental, presentándose un incremento entre lo asignado en el año de 1989 y lo que se orientó hacia este rubro en 1991, de más del 370%. Así se ha permitido consolidar el acervo bibliográfico más rico e importante del país, destinado a apoyar la formación de nuestros alumnos y la investigación, ya que suma un total aproximado de cinco millones de piezas documentales, entre las que se encuentran cerca de 4 millones de volúmenes de libros.

Las colecciones de libros se encuentran totalmente catalogadas y clasificadas en cada una de las 164 bibliotecas de la Universidad. Esto ha representado esfuerzos considerables de organización y trabajo ya que en años anteriores se había acumulado un fuerte rezago de libros pendientes por efectuarles su proceso técnico.

Respecto a las colecciones de revistas técnicas y científicas, la Universidad cuenta con un total de 19,000 títulos de los cuales dos tercios se obtienen por suscripción y el resto por intercambios y donaciones. Es importante destacar que, pese a las dificultades financieras que en determinados momentos ha enfrentado la Universidad, como en 1985, no ha sido suprimida ninguna de las mencionadas suscripciones, sino que, por el contrario, se ha incrementado su número racionalizando los acervos.

Importantes son también los acervos de tesis con los que cuentan las bibliotecas de la Universidad, especialmente la Biblioteca Central, que cuenta con 180 mil volúmenes del total, que se eleva a más de medio millón.

De igual importancia al máximo incremento posible de los acervos, ha sido la atención prestada a la modernización de los servicios de información bibliográfica, teniendo como objetivo la facilidad y agilización del acceso a la misma. Esto ha implicado la necesidad de dotar a las bibliotecas de los recursos que la tecnología electrónica moderna pone a nuestra disposición. De esta forma se habían entregado, al finalizar el año de 1991, 128 paquetes de cómputo que permiten en adición el acceso a bancos de datos en disco óptico como LIBRUNAM, que contiene los acervos de las 164 bibliotecas de la UNAM, y un modem de acceso en línea a otros numerosos bancos de datos. Asimismo se dotó a 31 bibliotecas de equipos electrónicos de seguridad para protección de los acervos y como apoyo complementario a la generalización de los sistemas de estantería abierta.

En relación con este último aspecto, la Universidad Nacional, ha impulsado con particular interés el establecimiento, especialmente en las bibliotecas de escuelas y facultades, de los sistemas de acervos abiertos. En los últimos tres años, 57 bibliotecas han adoptado el mencionado sistema, así como, 42 bibliotecas han comenzado a brindar servicio los sábados y 4 más ofrecen sus servicios también los domingos. Los resultados de mejorar el servicio bibliotecario en cuanto a asistencia de usuarios a las bibliotecas y utilización de los recursos bibliográficos, han sido muy alentadores: en los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades, por mencionar un ejemplo, el incremento de usuarios atendidos entre el ciclo escolar 1990-1991 y 1991-1992, fue en promedio del 700% como efecto de funcionar con estantería abierta

Cabe mencionar que los resultados anteriores tuvieron también como antecedente la puesta en marcha de un proyecto especial de orientación a usuarios que comprendió la presentación de videos y folletos de apoyo, especialmente preparados para este efecto, a los alumnos de nuevo ingreso al bachillerato, que virtualmente nunca antes han entrado a una biblioteca. Como resultado de esto último, los nueve planteles de la Escuela Nacional Preparatoria experimentaron un incremento de usuarios atendidos del 123%, en promedio, entre 1990 y 1991.

Por otro lado, la Universidad ha prestado especial atención a la formación profesional y a la capacitación del personal académico y administrativo que labora en las bibliotecas.

De esta forma se han impartido, en los últimos tres años, 25 cursos para personal académico con 344 participantes; 76 cursos de capacitación para personal administrativo, con 1,272 participantes y 32 talleres sobre la utilización del equipo de cómputo, con 384 participantes. Estas acciones de actualización y capacitación del personal bibliotecario han contribuido al incremento en el uso de los servicios bibliográficos por parte de los usuarios universitarios.

En cuanto a los resultados obtenidos en el total del sistema bibliotecario de la Universidad, cabe destacar que durante el año de 1991, se registraron cerca de 29.5 millones de asistencias de usuarios universitarios, con un total de casi 5 millones de préstamos, lo que significa un promedio diarios de más de 147 mil asistencias y 24,500 préstamos. Lo anterior se ha visto favorecido por una mejor organización de los servicios bibliotecarios, con base en la normatividad que se define en el Reglamento General del Sistema Bibliotecario. En el mes de julio de 1990, el Consejo Universitario aprobó el mencionado reglamento, dando así a la UNAM un lugar preponderante en el país, en lo referente a la legislación bibliotecaria universitaria. Los ordenamientos en él contenidos propician la participación de todos los sectores de la comunidad universitaria en las tareas de planificación y desarrollo de los servicios, dan vida a un órgano colegiado del más alto nivel como coordinador de todas las actividades bibliotecarias y enmarcan actividades de cada una de la bibliotecas dentro de reglamentos específicos con los que deben contar cada una de ellas.

Todo lo anterior se ha llevado a cabo en una planta física que, con el incremento en el número de piezas documentales y la demanda creciente de servicios, se ha vuelto insuficiente. Hay que mencionar que la inversión de un poco más de entre 3 % y 4 % del presupuesto total de la Universidad para la compra de acervos bibliográficos significa que la UNAM adquiere anualmente una nueva biblioteca de más de 320 mil volúmenes, sin contar la adquisición de las revistas especializadas.

Aunque varias dependencias universitarias tienen ya proyectado resolver sus necesidades de espacio, en los últimos tres años solamente cinco bibliotecas han podido contar con edificios nuevos y otras cuatro han sido remodeladas y ampliadas.

Iniciamos también una cultura de mantenimiento para evitar deterioros y obsolecencias. En este sentido, en tres años hemos realizado acciones en 36 bibliotecas. En este terreno, falta todavía mucho por hacer y estimamos que la configuración de patronatos para construir bibliotecas, debería mantenerse al término de la obra, para apoyar el buen funcionamiento de las mismas.

De aquí señor Presidente, la gran importancia de su apoyo al Programa Bibliotecario de la UNAM, que ocurre en el contexto de una importante política nacional de desarrollo bibliotecario iniciada en la administración del Presidente De la Madrid y no sólo continuada, sino ampliada en forma muy importante, en la primera mitad de la presente administración.

Señor Presidente, estas reuniones de la comunidad universitaria con usted han sido propicias también para confirmar que el Presidente de México cree en su Universidad, confía en el trabajo de los universitarios y que apoyará - como ya ha sido evidente- el mejoramiento de las condiciones académicas de una institución de más de 300 mil personas.

Estos intercambios nos permiten además, seguir insistiendo ante las autoridades del gobierno federal, para contar con su comprensión y auxilio. Lo hacemos así - sin preocupación alguna- porque esta es la obligación que nos impone la responsabilidad confiada y porque sabemos que la Universidad Nacional Autónoma de México es el proyecto cultural más importante de nuestro país en el presente siglo. Lo hacemos así además, porque la sociedad mexicana requiere del trabajo de los universitarios, y los universitarios no tenemos meta más alta que servir cada vez de mejor manera a la sociedad que posibilita nuestra labor.

Señor Presidente, la comunidad universitaria le agradece este acto generoso por múltiples motivos. Lo hace particularmente en este día en que circunstancias adversas imprevistas y dolorosas, ponen a prueba nuestra capacidad de reacción y de acción solidaria.

Capacidad de reacción y de acción solidaria que se patentizaron por su presencia personal inmediata y sostenida sin descanso por casi 20 horas en la zona destruida y entre la gente afectada por el desastre. Al agradecimiento de la comunidad universitaria aunamos nuestra admiración por la resolución y el espíritu de solidaridad del Presidente de México.

La Universidad le expresa a Usted como lo hace a la opinión pública nacional, su disposición para colaborar en la reparación de los daños fortuitos que afectaron la vida, la salud y la propiedad de compatriotas mexicanos en Guadalajara.

Han salido ya varias cuadrillas especiales en rescate, auxiliadas por perros entrenados en la búsqueda de personas enterradas. La UNAM ofrece organizar actos que permitan recolectar fondos.

Muchas gracias