Editorial


Sin duda alguna, uno de los servicios básicos más importantes que deben brindar nuestras bibliotecas es el de acceso eficiente y ágil a la información de las colecciones de cada una de ellas. En este sentido, desde hace varios años, la UNAM ofrece a la comunidad universitaria la posibilidad de búsqueda automatizada de información bibliográfica mediante el acceso al banco de datos LIBRUNAM. Hacía falta, sin embargo, establecer un sistema que permitiera la localización computarizada de datos correspondientes a las colecciones individuales de cada una de nuestras bibliotecas, procedimiento necesario al inicio de cualquier intento de utilización de los recursos bibliográficos en una biblioteca. A partir del mes de noviembre de 1992, la Dirección General de Bibliotecas, dio inicio a la primera etapa de instalación de catálogos automatizados en las bibliotecas de la UNAM. Comenzando en la Biblioteca Central, el proyecto tiene contemplado establecer este servicio, entre noviembre y diciembre, en 21 bibliotecas más, que corresponden a las de Facultades y Escuelas. Es ésta una novedad que revoluciona radicalmente el servicio bibliotecario en la UNAM, ya que además de modificar el aspecto de los espacios físicos dedicados a estas actividades - puesto que los tradicionales catálogos en fichas desaparecerán paulatinamente- los usuarios tendrán ahora la posibilidad de ubicar los libros existentes en su biblioteca, de manera más rápida y precisa.