*Las bibliotecas pueden ser agentes de cambio al fomentar una cultura de paz mediante la puesta en marcha de los ODS de la Agenda 2030.
*Se recomendó a las bibliotecas dar seguimiento a las directrices de la IFLA en materia de financiamiento de recursos, para poder promover servicios para la creación de sociedades con justicia social, igualdad, solidaridad y la convivencia pacífica.
*Las bibliotecas son espacios seguros, inclusivos y donde se fomenta el respeto mutuo, la comprensión entre diferentes culturas, religiones y formas de vida, mediante el acceso a la información, la alfabetización y las tecnologías de la información y la comunicación.
Los videos de esta actividad se encuentran disponibles en:
https://www.facebook.com/watch/100064816655687/551221487595970
Una vez más, y gracias al espíritu colaborativo de la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información (DGBSDI) de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la coparticipación de casi una decena de dependencias e instituciones bibliotecarias que sumaron esfuerzos, se organizó el “VI Foro Virtual Agenda 2030: Las bibliotecas como impulsoras de un futuro de paz y sustentable”, con un propósito en común: exponer acciones, proyectos y compartir propuestas en torno al Objetivo 16 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que se relaciona con la paz y el desarrollo sostenible.
Ambos conceptos de gran relevancia que requieren ser atendidos de forma inmediata, pues en el caso del primero es de vital importancia alzar la voz en contra de una nueva etapa de conflictos bélicos, violencia y falta de oportunidades económicas que aquejan al mundo en la actualidad; y el segundo porque pretende impulsar el desarrollo sustentable, lo cual involucra también los problemas ambientales y el cambio climático, entre otros factores.
En este sentido, antes de proceder a la inauguración del Foro, fueron presentados los representantes de las entidades coorganizadoras de la UNAM como son: el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, el Posgrado en Bibliotecología y Estudios de la Información, el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, el Colegio de Bibliotecología y Archivología, de la Facultad de Filosofía y Letras, y la misma DGBSDI, todas de la UNAM, así como otras importantes instancias involucradas en el ámbito bibliotecológico y de la información, como el Colegio Nacional de Bibliotecarios y la Asociación Mexicana de Bibliotecarios.
Enseguida le fue cedida la palabra a la directora de la DGBSDI, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, para que diera la bienvenida a todos los participantes y asistentes del foro. Luego, señaló que la paz y la sustentabilidad son dos pilares fundamentales para el progreso permanente de la humanidad, y, en tal sentido, todas los acciones, proyectos y conocimiento que resulten de su estudio puedan contribuir a la creación de alianzas colaborativas entre los sectores de la bibliotecología, las ciencias de la información y otros campos del conocimiento, porque dijo son temas de gran complejidad y trascendencia, y no es posible que sean abordados por una sola entidad.
“No está por demás recordar que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible está conformada por 17 objetivos y 169 metas, la cual fue aprobada por los Estados Miembros de las Naciones Unidas, precisamente en un septiembre de 2015, con la finalidad de estipular 3 ejes: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente, con la condición de que su progreso no debería afectar a ninguna de estas dimensiones, por el contrario, debe avanzar en armonía para el beneficio de toda la humanidad”.
Asimismo, la doctora Ramírez Leyva dijo que la Agenda 2030 tiene su origen en las primeras acciones de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMAD) creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Y mencionó que, por lado, hacia 1987 la Comisión elaboró un informe denominado “Nuestro futuro común”, en el cual por primera vez se menciona el término de desarrollo sostenible, que en su sentido más amplio significa promover las relaciones armoniosas entre los seres humanos y la naturaleza, con la intención de que dicha relación sea de forma permanente.
“Ahora bien, por su parte, la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA) propone vincular al sector bibliotecario con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en un mundo cada vez más interconectado y complejo, con una constante producción de información, que en algunos casos no es fidedigna, y que ahora se suma a la inteligencia artificial (IA) y a las bibliotecas de todo tipo que se erigen como faros del conocimiento, la orientación, la inclusión y el progreso”.
También indicó que justamente el objetivo 16 de Agenda 2030 se refiere a la promoción de sociedades justas, pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, y a la creación de instituciones de todos los niveles para que sea más eficaces, responsables e inclusivas.
“En este tenor las bibliotecas son centros vivos donde convive el aprendizaje, la innovación, la creatividad y el disfrute, además de que se han convertido en lugares de paz y armonía”.
Al respecto, señaló que en dicho contexto la UNAM cuenta con su actual Plan de Desarrollo Institucional 2023-2027 (PDI), estructurado bajo siete ejes rectores y dos transversales referidos a la igualdad de género y a la sustentabilidad, que son parte de los ODS y han sido adoptados por la DGBSDI y las 140 bibliotecas del Sistema Bibliotecario y de Información de la UNAM, contribuyendo al desarrollo sostenible a través de distintas acciones, por ejemplo, facilitar el acceso, cada vez más eficiente y amplio a las colecciones en formato físico y digital.
Por último, Elsa Margarita Ramírez señaló una serie de acciones que se han emprendido en la DGBSDI acorde a los objetivos y metas como son: el préstamo de tabletas con conectividad a Internet, para ayudar a reducir la brecha digital; la formación de usuarios; el establecimiento de servicios específicos para personas con discapacidad visual; la misma difusión de los ODS en programas de fomento a la lectura, y la creación del micrositio Bibmacro, entre otras importantes acciones.
Enseguida, y antes de declarar inaugurados los trabajos del Foro, la maestra Verónica Solares Rojas, de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, de la UNAM (COUS), consideró que las bibliotecas juegan un papel fundamental y son actores clave en la construcción de la ciudadanía ambiental, de paz y de la formación de una sociedad informada y proactiva, pues dan acceso al conocimiento científico, humanista y confiable.
“Desde la Coordinación se busca fortalecer las acciones para la sustentabilidad en todos los niveles y modalidades educativas, para ello, se ofrecen cursos en línea y una materia transversal que se ha tratado de hacer disponible para todas las licenciaturas, y otros cursos enfocados en materia del ahorro de luz y agua, para lo cual las bibliotecas son actores importantes para su impulso, y para la construcción colectiva de fuerzas para trabajar con los 17 ODS”.
En este sentido y bajo este contexto, al concluir el acto de apertura se dio paso a la conferencia magistral inaugural, dictada por maestra Ana Dolores Barrero Tiscar, directora de la Fundación Cultura de Paz, constituida en Madrid, en la que señaló que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otras cuestiones, tiene la misión de fomentar la cultura de paz, basada en la solidaridad intelectual de la humanidad, mediante tres aspectos fundamentales: la educación, la ciencia y la cultura.
“Hablar de cultura de paz es complejo, por la complejidad del mismo concepto, y por la incertidumbre que vive actualmente la humanidad, debido a que se enfrenta a múltiples desafíos los cuales suponen una amenaza para los derechos y la paz, en un marco de desigualdad y escalada de conflictos, guerras, la amenaza nuclear, el deterioro ambiental y la emergencia climática, entre otros aspectos. Lo cual supone para muchas personas que el mundo sea un lugar inseguro, plagado de amenazas y generador de desajustes e inseguridad”.
La especialista añadió que la educación para la paz no puede restringirse de manera aislada a la escuela y a las instituciones educativas, puesto que abarca la realidad total de la persona, la sociedad y el mundo en constante evolución y cambio. Por lo tanto, aclaró que esta labor educativa tiene que llevarse a cabo desde la educación formal, no formal e informal, es decir, una educación para todas y todos a lo largo de toda la vida, y que corresponde impartirla al conjunto de la sociedad, a las instituciones culturales, las asociaciones, los medios de comunicación, la familia, y especialmente a las bibliotecas de todo tipo, entre otras dependencias.
“Y es la educación para la paz la que tiene la finalidad de desarrollar todas las actitudes, comportamientos, valores y prácticas en que se basa la cultura para la paz, y para la conciencia del cuidado ambiental y el consumo responsable para conservar el planeta, entre otros más”.
Ana Dolores Barrero aclaró que para el logro de lo anterior es necesario que las bibliotecas hagan frente a los nuevos retos y atiendan las demandas de actividades adaptadas a los intereses de las usuarias y los usuarios, y que contribuyan de manera decisiva a esa cultura y educación para la paz, mediante el desarrollo y adecuación de los servicios bibliotecarios. Así como, dar seguimiento a las directrices de la IFLA en materia de financiamiento de recursos para poder promover servicios para la creación de sociedades con justicia social, igualdad, solidaridad, y la convivencia pacífica.
“También, hay que atender eficazmente la provisión de materiales bibliográficos y hemerográficos en todas las lenguas, para poder atender a la diversidad de personas que acuden a los recintos bibliotecarios, y con ello sean capaces de acceder a todo tipo de lecturas, por ejemplo, las historias de la guerra, narradas desde las voces de las víctimas, o que puedan consultar la misma colección sobre la cultura para la paz y el desarrollo sostenible, la participación democrática, la seguridad internacional y los derechos humanos, entre otros más”.
En cuanto a los servicios de extensión, aconsejó el fomento y apoyo de la inclusión digital, programas de alfabetización digital e informacional para la adquisición de aprendizajes y desarrollo de competencias. De igual forma, recomendó la realización de actividades culturales, jornadas bibliotecarias de paz y desarrollo sostenible, talleres que aborden los problemas de violencias, injusticias y conflictos. “Aunado a la realización de juegos de simulación dirigidos a fomentar el conocimiento de la resolución pacífica de conflictos bélicos, y actividades donde se den a conocer los ODS”.
Resaltó que para poder llevar a cabo dichas actividades es necesario que ante las nuevas necesidades se requiere que el personal bibliotecario adquiera nuevas competencias, que tengan un conocimiento más amplio de las distintas realidades sociales y socioculturales de la comunidad a la que sirven, y también que obtengan una formación en cultura de paz para que puedan convertirse en agentes de esta.
Por último, la maestra Ana Dolores Barrero se refirió al “Pacto para el Futuro”, que es un acuerdo global que representa un compromiso para dar respuesta a los desafíos más urgentes actuales de paz y sostenibilidad, y el mejoramiento de las diversas sociedades del mundo, pensando en las generaciones futuras y enfocado en los ODS de la Agenda 2030, para lo cual se requiere el apoyo del sector bibliotecario para contribuir en el tránsito hacia una mejor sociedad.
Por su parte, el conferencista magistral Jonathan Ernesto Menjivar Pleitez, miembro del Comité de la División Regional América Latina y el Caribe, de IFLA, en su ponencia titulada “Contribuciones de las bibliotecas y sus profesionales a la sociedad sostenible de la información y el conocimiento: acciones, productos y servicios impulsados desde IFLA y la División de América Latina y el Caribe a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas”, dijo que las Oficinas Nacionales de Estadística (ONE) cada año reportan los avances que presentan las instituciones de los países de América Latina y el Caribe; por ejemplo, en 2020 trece países de la región contaban con plataformas nacionales de seguimiento a los avances, en cumplimiento de las metas de los ODS de la Agenda 2030, y que a su vez las plataformas de seguimiento de la Agenda se alimentan con la información recopilada por las ONE.
“Ahora bien, como parte de la investigación realizada se destacó la actividad que se realiza en las bibliotecas universitarias; por ejemplo, en el caso de México se identificó que los sistemas bibliotecarios impulsan tres grados de acciones: el tema de la sensibilización mediante charlas y conferencias, tanto para el sector bibliotecario como para la comunidad; las acciones formativas que van más allá de que los bibliotecarios conozcan la Agenda, es decir, están vinculados con la promoción y defensa de ellas, y por último, la adopción de metodologías participativas, las cuales se tienen que ir documentado”.
Advirtió que por su parte la IFLA ha venido impulsando la estrategia global y el trabajo cercano con instituciones, universidades, asociaciones y gobiernos, para finalmente centrarse en cuatro temas: ser un organismo vivo, el de estar representado globalmente, de llevar a cabo acciones globales, pero sin descuidar el aspecto local, y considerar las prioridades actuales del sector bibliotecario.
También dijo que, en la nueva estrategia que se va a seguir para el periodo 2024-2029, uno de los elementos centrales tiene que ver con la sostenibilidad, en la cual como ya se indicó se toman acciones pensando en las próximas generaciones, es decir, que se piensa en la mejor forma de reducir el impacto o riesgos que podrían producirse en el futuro, como el tema de la contaminación del medioambiente y el del cambio climático.
En el caso del desarrollo y ejecución de los planes de acción que respondan a las necesidades del ámbito bibliotecario en cada región, el conferencista mencionó que se han llevado en consonancia con la estrategia general de la IFLA y en colaboración con otros comités y grupos de trabajo como: el grupo uno, que tiene que ver con el apoyo a las agendas de incidencias globales y regionales; el grupo dos, que se encarga del fortalecimiento del campo regional, y el grupo tres, que se refiere al Mapa Mundial de Bibliotecas, que tiene como tarea motivar a los colegas para que hagan llegar sus historias y se puedan posicionar en este. De igual forma, se cuenta con 25 representante de IFLA-LAC.
Para finalizar su intervención, el licenciado Jonathan Menjivar identificó una serie de acciones que han llevado los países de la región relativas a cada uno de los 17 ODS, como: el acceso público a Internet, los espacios inclusivos y comunitarios, los servicios de información para grupos vulnerables, la gestión de datos para la investigación y la formación de usuarios, entre otras acciones.
En su oportunidad, el tercer conferencista magistral, Wal Moraes, coordinador del Sector de Relaciones Internacionales (SERIN), Instituto Brasileiro de Informação em Ciência e Tecnologia (IBICT), Brasil, se centró en un programa colaborativo que han desarrollado varios países de la región como son: Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá, México, El Salvador, Chile, Uruguay y Brasil, denominado Observatorio de Desarrollo Integrado y Sustentable (ODIS), enfocado a la inclusión digital mediante la realización de una serie de seminarios los cuales contaron con el apoyo del Instituto Lula, y que más tarde dieron paso a un proyecto de mayor alcance que denominaron- como ya se dijo- ODIS.
“El objetivo de la iniciativa fue la de crear una red informacional colaborativa de acceso abierto para fomentar el fortalecimiento de la cooperación entre los integrantes, que posibilite el almacenamiento de la información tecnológica y de las políticas públicas para que los agentes públicos, los investigadores, los agentes del tercer sector, los bibliotecarios y la ciudadanía, entre otros más, puedan conocer lo que los países participantes están realizando en el ámbito del desarrollo sostenible, bajo los valores de la cooperación, el acceso abierto y la producción del conocimiento”.
Indicó que en el 2023 empezaron con cuatro seminarios dirigidos al tema de la inclusión digital. En el primer seminario se desarrolló el tema de las nuevas tecnologías, en el segundo el tema de la emancipación y la inclusión de las poblaciones vulnerables, en el tercero se habló del desarrollo industrial, político, la cooperación internacional y las realizaciones conjuntas en América Latina, y en la cuarta emisión fue cuando se lanzó el ODIS. También se construyó su respectiva plataforma para que se pudiera tener acceso a la información reunida colaborativamente de cada uno de los países, como: el material informativo, las políticas públicas, el contacto de los participantes y noticias, entre otro tipo de información.
“Después se acordó tratar otras áreas temáticas y nombrar al nuevo proyecto como ODIS.2, y lo adicionamos con una red infocomunicacional, apoyada por una tecnología que le permitiera tener funcionalidades de red social, pues la idea es conectar a los agentes de cambio para que puedan lograr los proyectos. Otro tema que se incluyó fue el de las humanidades digitales, para poder agregar contenido digital de la producción de conocimiento cultural de nuestras civilizaciones y para que sean abordadas por las bibliotecas”.
De igual forma, Wal Moraes dijo que el área temática de emprendedurismo y cooperación también responde a la idea de que juntos se puede lograr una red de países emprendedores que tengan la posibilidad de utilizar la información que se genere en la red, ya sea para comunicarse entre los integrantes, o bien, para lograr su internacionalización y capacitación para los países menos favorecidos económicamente o tecnológicamente, y así poder lograr el desarrollo sostenible.
Por último, mencionó en 2024 se llevó a cabo el quinto seminario, en donde fue acordado que fuera realizado cada año en diferentes países, y, se propuso la construcción de un decálogo con la idea de construir 10 metas para poder llevar a cabo el trabajo colaborativo para el próximo año, y para seguir trabajando con múltiples informaciones sobre sostenibilidad y emergencia climática.
Por otro lado, en el foro también fueron organizadas mesas redondas donde se expusieron una diversidad de temas relacionados con conceptos relativos al tema general y se presentaron experiencias concretas de ello, como en el caso de la participación del licenciado Daniel Villanueva Rivas y la maestra Elsa Galicia Hernández, de la Subdirección de Planeación y Desarrollo de la DGBSDI, que presentaron la ponencia titulada “Acciones sustentables para espacios bibliotecarios sostenibles. Guía para bibliotecas SIBIUNAM sostenibles y resultados de la encuesta sobre sustentabilidad y género”.
Al respecto, dijeron que la Guía para bibliotecas SIBIUNAM sostenibles es un proyecto que desarrollaron de manera conjunta con otras instancias universitarias, y al hablar de bibliotecas sostenibles es pensar en las bibliotecas como elementos sustentables y abonar a las acciones por tener un mejor entorno sin afectar sus elementos ni el futuro de la biblioteca.
“En este sentido, en la DGBSDI se está elaborando un plan sobre bibliotecas sustentables 2023-2027, y esto tiene que ver con la Encuesta del Sistema Bibliotecario de la UNAM sobre Género y Sustentabilidad, y para llevar a cabo la guía trabajamos conjuntamente con el coordinador de Infraestructuras Sustentables de la Facultad de Arquitectura de la UNAM".
Se puntualizó que lo que aborda la guía son los compromisos de la Agenda 2030, debido a que surgen de la necesidad de enfrentar el cambio climático que repercute en los recursos naturales, en el sentido de que la Agenda es un plan internacional a favor del planeta, las personas y su prosperidad, y la UNAM no es ajena a estos planteamientos y adopta dichos compromisos agregándolos a su Plan de Desarrollo Institucional, y a su vez, la DGB como ente coordinador del SIBIUNAM se adhiere a este eje rector denominado “La UNAM y los Objetivos de Desarrollo”.
“Debido a que es importante que las bibliotecas participen y se comprometan activamente en la elaboración de planes, estrategias y acciones para proteger el medio ambiente, fortalecer la igualdad social y el desarrollo económico, con el fin de minimizar las brechas en el acceso a la información y contribuir significativamente a que las comunidades estén informadas, y por ende, que se involucren”.
En cuanto a la Guía, se dijo que contiene las siguientes propuestas: edificaciones universitarias; recursos; infraestructura tecnológica; mobiliario y servicios, y que se irá enriqueciendo conforme se lleven a cabo trabajos colaborativos.
“En el primer punto, en las bibliotecas es imprescindible considerar la normativa vigente tanto en la construcción como en la renovación, utilizando materiales cuyo proceso de fabricación y operación sea amigable con el medio ambiente y aprovechando al máximo los recursos naturales. Para ello se deben construir edificios conforme a la normativa federal, local y de la UNAM vigente, que permita impulsar la edificación de instalaciones bibliotecarias sustentables”.
En el segundo, se estableció que el uso eficiente de recursos naturales es un elemento fundamental hacia un crecimiento sostenible, aprovechando al máximo los recursos naturales para minimizar y reducir tanto en la instalación como el uso de equipos que se requieren para su funcionamiento.
“Para el logro de esto se puede acudir a la implementación de energías renovables, como la instalación de sistemas fotovoltaicos en edificios nuevos para captar y transformar la energía solar en eléctrica y disminuir su consumo, al utilizarla para ofrecer los servicios".
Un punto más, se refirió a la infraestructura y manejo de los residuos, la adquisición de equipos de cómputo que cuenten con tecnología que optimice su rendimiento energético, a partir de hardware, y la utilización de software que permita en conjunto disminuir el impacto al medio ambiente, y que se opte por la utilización de los servidores virtuales para reducir el consumo de energía y residuos electrónicos, entre otros más.
Finalmente, para la clausura del evento se contó con la participación de la secretaria de Desarrollo Institucional, de la UNAM, doctora Diana Tamara Martínez Ruíz, quien antes de declarar la clausura de los trabajos señaló de forma resumida algunos aspectos relevantes que fueron tratados en el foro como la construcción de un futuro de paz y sustentable, lo cual representa un tema crucial de las sociedades, y el papel que desempeñan en este proceso las bibliotecas, y particularmente el papel que desempeña la UNAM.
“El VI Foro Virtual nos ha puesto de relieve cómo es que las bibliotecas pueden ser agentes de cambio al fomentar una cultura de paz mediante la puesta en marcha de los ODS de la Agenda 2030. Por ello, también este evento se enmarca perfectamente en el Plan de Desarrollo Institucional de la UNAM, en su versión 2023-2027, que está guiado por dos ejes transversales que son fundamentales: la igualdad de género y la sostenibilidad, y estos ejes son el corazón institucional; y a lo largo de este foro se ha visto cómo las bibliotecas han contribuido directamente a su cumplimiento, pues estas no son sólo repositorios de conocimiento e información, sino que son agentes activos de cambio para fomentar dicha cultura de paz para poder lograr la sostenibilidad”.
Añadió que, como se dijo en el foro, la paz no es un concepto abstracto, es una realidad que debe estar presente en la mente de todas las personas y que debe construirse de manera constante, y, sobre todo, conscientemente. Y que justamente aquí es donde las bibliotecas deben jugar un papel fundamental, porque son espacios seguros, inclusivos y donde se fomenta el respeto mutuo, la comprensión entre diferentes culturas, religiones y formas de vida, mediante el acceso a la información, la alfabetización y las tecnologías de la información y la comunicación.
“Un aspecto importante que se abordó fue la necesidad de establecer alianzas estratégicas -como lo destacó el conferencista Jonathan Ernesto Menjivar, miembro del Comité de la IFLA-, para que las bibliotecas puedan contribuir efectivamente a los ODS, para lo cual se requiere el fomento de la cooperación a nivel nacional, regional e internacional”.
La doctora Tamara Martínez también señaló que no se puede hablar de un futuro sustentable sin abordar el impacto ambiental de las instituciones, y que las bibliotecas no están exentas en dicho reto. Y, en cuanto a la transición hacia las bibliotecas inteligentes y sustentables, resulta ser un tema esencial pues no se trata solamente de incorporar tecnologías avanzadas, sino de rediseñar los espacios bibliotecarios para minimizar el impacto energético y la utilización de materiales y recursos como la luz natural.
“Esto debe ir acompañado de una visión arquitectónica ambiental que permita que las bibliotecas no sólo sean espacios de conocimiento, sino también modelos de sostenibilidad”.
Por último, cerró su participación al señalar que las bibliotecas son mucho más que espacios de consulta, pues son verdaderos motores de cambio social en un mundo que enfrenta crisis ambientales, desigualdades profundas y conflictos sociales, pues además de ofrecer información ofrecen herramientas para construir futuros más justos, pacíficos, sostenibles.
Reseña informativa: María del Rosario Rodríguez León