Las bibliotecas universitarias y académicas podrían utilizar la inteligencia artificial (IA), a fin de generar nuevos procesos y servicios como parte de su innovación

*Es una de las propuestas vertidas en la XXI Conferencia Internacional sobre Biblioteca Universitarias.

*Para ello se requiere establecer procesos específicos para la organización, curación, conservación y accesibilidad de la información.

*La relación que se está dando entre los datos abiertos y la IA involucra a los datos que se generan tanto en el área de la investigación como en otros ámbitos.

Los videos de esta actividad se encuentran disponibles en:
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Las bibliotecas universitarias y sus profesionales, además de encargarse de la organización, administración, planeación, gestión, acceso y disponibilidad de la información para sus comunidades de usuarios, han sido protagonistas de una diversidad de innovaciones tecnológicas que han impactado tanto en sus procesos técnicos como en los informativos.

Con ello han ido adquiriendo la responsabilidad de adoptar y diseñar una serie de procesos técnicos de vanguardia, que implican el trabajo multidisciplinario con otros campos del saber que las han impulsado en su transformación digital o virtual, con la posibilidad de llegar a un número más amplio de personas fuera de los espacios físicos, entre otros procesos complejos y de vanguardia, hasta llegar a uno de los más recientes temas denominado inteligencia artificial (IA), el cual tiene implicaciones en una diversidad de áreas, entre ellas la bibliotecología y las ciencias de la información.

En concordancia con lo anterior, la directora general de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información (DGBSDI) de la UNAM, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, en el marco de la ceremonia inaugural de la XXI Conferencia Internacional sobre Bibliotecas Universitarias “Bibliotecas inteligentes: la convergencia de la IA y los datos abiertos en la investigación académica”, continuó señalando que la relación que se está dando entre los datos abiertos y la IA se refiere a los datos que se generan tanto en el área de la investigación como en otros ámbitos , por lo tanto se requiere establecer procesos específicos para su organización, curación, conservación y accesibilidad, de tal forma que las bibliotecas universitarias puedan apoyarse en el potencial que brinda la IA, con la finalidad de llevar a cabo el proceso de producción, visualización y acceso a éstos.

“También se ha considerado el uso de Resource Description and Access (RDA), como un nuevo estándar para describir y dar acceso  a los recursos digitales, ahora relativo a los datos abiertos porque esto es un contexto nuevo, así como la utilización de la IA, a fin de generar nuevos procesos y servicios como parte de las innovaciones que se han venido incorporando en las actividades y servicios de las  bibliotecas, especialmente en las universitarias y académicas, las cuales son fundamentales para las tareas sustantivas de nuestras instituciones”.

Añadió que es importante tener los conocimientos necesarios para gestionar, difundir y diseminar los datos de forma correcta, pues podría haber sesgos, lo cual implica un riguroso cuidado al momento de realizar la curaduría de los datos. Es por ello que es tan importante la labor que realiza el sector bibliotecológico, así como la lucha constante que realizan las bibliotecas por brindar el acceso abierto a todas sus fuentes de información, con la garantía de que esta sea precisa y confiable.

“De ahí que, las bibliotecas en su papel de facilitadoras del acceso a la información deben liderear dichos procesos de innovación tecnológica, en integrar los nuevos conceptos, las herramientas de vanguardia y los nuevos procesos que favorezcan las capacidades de sus profesionales para que puedan gestionar la información e incidir de manera eficiente en las actividades sustantivas de las universidades y en otros organismos, pues todos en su conjunto utilizan los datos”.

Por último, agradeció a los participantes, asistentes y a los conferencistas, provenientes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Estados Unidos y por supuesto México, los cuales participaron de forma presencial y a través de la plataforma de Zoom.

Enseguida le fue cedida la palabra al subdirector de Servicios de Información Especializada, de la DGBSDI doctor Antonio Sánchez Pereyra, quien consideró que los datos abiertos y la IA se deben de abordar como una especie de binomio, pues son temas emergentes y se requiere saber qué está pasando con ello en el resto del mundo.

“En el caso de los datos abiertos, estos pertenecen a la tendencia de la ciencia abierta, la cual se podría decir que es un movimiento más radical y más fuerte que el acceso abierto en América Latina. Y por lo que corresponde a nuestro país, el tema del acceso abierto es considerado como de vanguardia; pero yo no diría lo mismo, en el caso de la ciencia abierta, pues implica abrir no solamente los resultados de la investigación, sino la investigación en sí misma, y además compartir todo el trabajo acumulado de meses y años que han desarrollado los investigadores”.

Finalmente, dijo que tampoco se trata solamente de abrir los datos, porque además hay que dedicar trabajo para colocarlos en los repositorios especializados, así como, la utilización de identificadores, metadatos, la interoperabilidad y la curaduría de los datos, entre otros factores. En este sentido, al compartir los diversos procesos de la investigación y la reproducibilidad de la ciencia se podrá obtener y generar más conocimiento.

En su oportunidad, el maestro Francisco López Suárez, en representación de la secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, doctora Diana Tamara Martínez Ruíz, dijo que dentro de las tendencias tecnológicas que actualmente constituyen una realidad, destaca la relevancia estratégica de los datos abiertos y la IA, los cuales están transformando el panorama académico y en este mismo contexto las bibliotecas, porque desde hace mucho tiempo han dejado de verse como meras depositarias de la información, y hoy por hoy, con la intersección de estos dos factores, se han posicionado como nodos activos de análisis y distribución de la información en beneficio de la educación y la investigación científica.

“La posibilidad de consultar información y datos de manera abierta permite a los investigadores tener acceso a ella; sin embargo, esto no garantiza su aprovechamiento eficiente. Aquí es donde la IA juega un rol importante y fundamental al automatizar procesos tales como: la minería de datos, la identificación de patrones y la generación de nuevos conocimientos a partir de grandes volúmenes de información, entre otros beneficios”.

En tal sentido indicó que, con la incorporación de la IA a las bibliotecas, estas son capaces de proporcionar servicios de información más personalizado y eficiente, pues no sólo facilitan la consulta de recursos, sino que también requieren nuevas líneas de investigación, colaboraciones interdisciplinarias y herramientas de análisis más avanzadas, entre otras ventajas más.

De igual forma, señaló que en dicho contexto este tema adquiere una importancia especial para la UNAM, ya que históricamente ha sido un referente en la producción y gestión del conocimiento en América Latina, y por otro lado sus bibliotecas juegan un papel muy importante en el ecosistema informacional.

“Por tal motivo, la encrucijada que conforman las bibliotecas, los datos abiertos y la IA permiten que los caminos se bifurquen en diferentes direcciones, lo cual llevará a que nuestras instituciones educativas evolucionen y adopten un rol más dinámico dentro del ciclo de vida de la investigación académica y las actividades de enseñanza y aprendizaje”.

Finalmente, procedió a la inauguración los trabajos de la conferencia.

Con respecto a la primera conferencia magistral titulada “Democracia, bibliotecas y ciencia abierta, conversaciones en la era de la IA”, a cargo de Steve Diggs, de la Universidad de California, quien dijo que dentro de su experiencia laboral en la universidad, durante un tiempo estuvo enfocado en la construcción de instrumentos utilizados en los barcos que navegan por el océano, y en la especializada labor que involucra las áreas de la oceanografía y la meteorología. Posteriormente, tuvo la oportunidad de enfocar su expertise al análisis de datos de investigación dentro la biblioteca de la universidad.

El especialista, mediante un ejemplo relativo al medio ambiente, resaltó la importancia que implican los datos debido a que pueden convertirse en una fuente de información indispensable, y  cada vez van en aumento, transformándose en un área de oportunidad para las bibliotecas, porque siempre han sido promotoras del acceso abierto y ahora pueden contribuir a la democratización de los datos haciéndolos llegar a todos los sectores de la población, entre ellos los investigadores y los tomadores de decisión.

Otro aspecto importante que resaltó fue que no todo mundo está familiarizado con los datos, o no cuenta con las capacidades necesarias para su utilización, y que en su caso particular es un área en la que le gusta mucho trabajar, y para ello ha desarrollado las capacidades necesarias para obtenerlos y visualizarlos. Además, en su organización cuentan con modernas herramientas tecnológicas que les ayudan en el proceso de la curación de los datos y el depósito de los mismos de forma más rápida.

Aunado a lo anterior, indicó que se tiene que realizar mucha labor de convencimiento entre los investigadores para mostrarles los beneficios que se pueden obtener con el uso de los datos abiertos, describiendo las características de las bases de datos donde pueden ser depositados y el impacto que podrían tener en sus trabajos de investigación.

Por último, durante su presentación compartió con la audiencia una herramienta interactiva que posibilita de forma rápida y eficaz introducirse al conocimiento de la IA y el uso de datos abiertos, mediante la utilización de sus dispositivos móviles.

En lo que respecta a la primera mesa redonda titulada “Políticas y mandatos de los datos de investigación abiertos”, la maestra Eunice Mercado Lara, de acuerdo a su trayectoria en el entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), señaló que hace diez años se empezó a trabajar en la adición de la ley en ciencia y tecnología para poder implementar un mandato relativo al acceso abierto, y que ahora es necesario hablar de lo que se aprendió en dicha experiencia.

“Es importante hablar de las políticas relativas a la ciencia abierta y el acceso abierto, pero también es importante hablar de los mandatos porque estos nos permiten tener los temas en la agenda pública, pues realmente los mandatos por sí solos no hacen nada; básicamente, un mandato es una instrucción para poder operar alguna cuestión, de hecho, fue la manera en que se le concibió en México”.

Otro aspecto que destacó la ponente fue que, en el mandato de aquel entonces ni siquiera se señalaba una mención relativa a los datos abiertos de investigación, prácticamente se trataba de un mandato de acceso abierto, por tal motivo, fue necesario que quedará bien establecido en la agenda pública, porque en el fondo la intención de dicho mandato era que todo el conocimiento financiado con fondos públicos fuera accesible para las personas en general, no especificaba que tipo de personas.

“Ahora bien, una política es algo más complejo, porque si el mandato dice hágase la política, en la política la cuestión principal es cómo lo vamos a hacer, la implementación de una serie de programas y la coordinación de acciones o proyectos, entre otros aspectos. Entonces, lo que hicimos en aquel tiempo fue la construcción de proyectos y programas de financiamiento, que ya existían, pero se realizó una reconfiguración para que se estuviera en la posibilidad de avanzar un poco más allá del acceso abierto, y para empezar a trabajar a nivel de datos abiertos”.

La maestra Mercado Lara recordó que en nuestro país había algunas instituciones que habían realizado ejercicios incipientes sobre repositorios de datos de investigación y que a nivel internacional se discutía frecuentemente sobre los esquemas de metadatos para la interoperabilidad; y por lo que correspondió al Conacyt, se decidió abordar las implicaciones del acceso abierto y la manera de incursionar en la ciencia abierta.

Agregó que, lo importante para los datos es contar con un programa para poder desarrollar la infraestructura de los repositorios, y en aquel entonces se tenía un programa de financiamiento para construir un agregador y para financiar el desarrollo de las plataformas en las universidades que albergaran manuscritos y datos. De igual forma, dijo que se desarrollaron algunas capacidades, pero sólo a nivel de los operadores de los repositorios, no a nivel de los investigadores.

Por último, dijo que se pudo instrumentar el mandato, crear financiamiento, capacidades técnicas, una red de apoyo para los operadores y financiar el almacenamiento por diez años de todo lo que el repositorio nacional cosechara.

“Asimismo, se logró expandir el alcance a los temas de datos de investigación que en un principio no estaban, pero se ha avanzado un poco, a pesar de que faltó trabajar con las comunidades de investigadores para que pudieran ver el valor de la iniciativa y para que fuera un servicio del cual ellos pudieran echar mano”.

En su oportunidad, la doctora Rachel Paseka, de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, en Estados Unidos, habló del trabajo de apoyo que realiza, relativo a la política de datos abiertos científicos en la oficina de datos de dicha agencia aeroespacial estadounidense y que sirve para sustentar la gran cantidad de programas y proyectos que desarrolla la Agencia. Para lo cual, mostró una gráfica alimentada con los datos de observación que envían los satélites sobre el estudio de la atmósfera terrestre, las áreas marítimas, los diversos territorios y los continuos incendios. Así como, los datos de la observación del sistema solar, algunos planetas, las constelaciones y los cometas, entre otras cuestiones.

“Otro aspecto de nuestro trabajo tiene que ver con la gran cantidad de información y datos científicos que se producen en nuestras misiones y que nos dan la posibilidad de comunicarlos y mostrarlos de forma accesible, ya que la NASA ha tenido desde hace mucho tiempo la política de compartirlos en el ámbito público, en el sector privado, el sector académico y al público en general”.

Especificó que a partir de las misiones que realiza la Agencia se procesan datos de archivo, y que luego son compartidos con el sector académico del mundo. De igual forma reiteró que, se tiene el compromiso de compartir y diseminar de modo apropiado la gran cantidad de datos de que se dispone, y que en este sentido la gran pregunta sería cómo se va a gestionar de manera más efectiva toda esa información.

“Cómo reducir las barreras de acceso, a modo de que realmente los datos sean abiertos, accesibles y útiles para todos. Y cómo seguir apoyando a la ciencia de alta calidad, pues para ello se necesita mucha coordinación y apoyo en torno a los datos, es por ello que trabajamos en equipo en la búsqueda de datos de descubrimiento, de software y publicaciones científicas.”

Para finalizar,  la doctora Rachel Paseka indicó que se han organizado en tres áreas principales de trabajo, interconectadas con los principios de los datos abiertos y la ciencia abierta: la primera, son los servicios de cómputo que se tiene previsto seguir evolucionando en torno a la eficiencia y la sustentabilidad; la segunda, la innovación relativa a los datos científicos para implementar capacidades en las prácticas técnicas, en el aprendizaje automatizado y en la IA, y la tercera área es la implementación de programas de ciencia abierta y la generación de una cultura de ciencia abierta, y, a manera de ejemplo, mostró una imagen captada por primera vez en el 2023 sobre el resplandor de calor y la nube de polvo de una colisión exoplanetaria.

Por otro lado, en la segunda conferencia magistral titulada “Las bibliotecas universitarias y sus retos frente a los datos abiertos de investigación y otros componentes de la ciencia abierta, en un contexto de transformación por la IA”, el doctor Alejandro Uribe Tirado, profesor e investigador en la Universidad de Antioquia, Colombia, señaló que cuando imparte sus clases en un principio los universitarios creían que la ciencia abierta era un concepto muy reciente. Luego comprendieron que sus inicios datan de hace mucho tiempo, y que, al final de cuentas, se ha convertido en la forma de la ciencia del siglo XXI, basada en tecnologías muy modernas que permiten abrir todo el proceso de la investigación, y que a esto se le debe agregar todo lo que implica la IA, considerado como un cambio conceptual de paradigma.

“El hecho de que tengamos toda la tecnología para poder abrir la ciencia, no quiere decir que todo se deba abrir, se trata de un cambio cultural, y hace años se creía en el mito que decía que, si se abrían las revistas, esto significaba que no eran de buena calidad. Pero todos sabemos que esa no es la filosofía de las bibliotecas, porque siempre han defendido el acceso universal a la información. Entonces, lo que plantea dicho cambio cultural es que ahora lo abierto es lo más valioso y considero que eso es muy positivo”.

El ponente enfatizó que, aunque se ha avanzado en el acceso abierto, el gran reto para las universidades y sus bibliotecas realmente está en los datos abiertos, y que, por otra parte, la IA representa un doble reto porque, aunque agrega muchas posibilidades en el avance, también agrega mucho trabajo.

“Otro aspecto a considerar, es que la ciencia no sólo tiene alcances mundiales, pues también se da en contextos locales y nacionales, por lo tanto, se debe entender que el multilingüismo no tiene sentido si se realiza por estímulos para luego publicarlo en el idioma inglés, cuando el tema de interés es para el público local y regional de América Latina. Por lo tanto, se debería publicar en español, y, bueno, también en inglés. Lo importante es que los datos de investigación normalmente se recogen en el idioma donde se hizo la investigación; por consiguiente, las publicaciones multilingües se deberían compartir a todos, siempre y cuando estén bien organizadas”.

Añadió que, también es necesario compartir la información entre los diversos niveles educativos, es decir, tiene que estar abierta para su divulgación y apropiación, pues es importante que los investigadores publiquen en revistas de alto impacto y luego compartan los datos de investigación en un repositorio institucional. Pero si no se le hace llegar a las personas que cursan el posgrado, la licenciatura y otros niveles menores de educación, no se cumple con la importante labor de la divulgación.

“Si el público al que le llegue dicha información no es tan preparado académicamente, entonces se tienen que realizar cursos educativos que no sean tan especializados o se podría impartir algún tema de investigación que no sea tan elevado para el nivel de cada sector educativo, por ejemplo, el cambio climático; para que puedan llegar a las escuelas y lugares muy alejados, para ello se cuenta con recursos tecnológicos. En este sentido, los datos abiertos propician la apropiación social del conocimiento, y no se trata de abrir solamente las publicaciones sino de todo el proceso investigativo”.

Por último, dijo que mucho se ha hablado de la ciencia abierta y los datos abiertos de la investigación, pero su apertura genera temores y lo que se tiene que hacer es explicar los beneficios de tenerlos abiertos, destacar su importancia y su automatización formal y esquemática.

En lo referente a la presentación de la conferencia magistral de clausura titulada “Tecnologías y metodologías para el procesamiento de datos abiertos para la evaluación de la investigación”, el doctor Gabriel Vélez Cuartas, de la Universidad de Antioquia. Colombia, dijo que si se está hablando de investigación hay tres formas de observación de esta: la organización observa de una forma, la ciencia de otra y la comunidad de otra forma más.

“Cuando estamos hablando de organización y de investigación, básicamente estamos hablando de las formas de las burocracias y de las formas organizativas, y dentro de estas últimas se requiere de los datos para poder cumplir sus funciones y poder llevar a cabo la investigación”.

Agregó que, por otro lado, se ve un enlace o intersección entre la investigación y la economía, referido prácticamente a los informes, los datos y las referencias, entre otros aspectos, los cuales son requeridos por las diversas organizaciones externas a las instituciones educativas, para poder saber si hay grupos académicos importantes que pudieran ayudar al desarrollo de ciertos proyectos de gran productividad, o para la generación de innovaciones sociales, o para el acompañamiento de procesos  comunitarios, entre otros aspectos más.

“Por otra parte, la economía de algún modo se ha vinculado con la ciencia para tratar de generar procesos de profesionalización editorial, por citar algún ejemplo, dando la oportunidad para que la investigación y sus resultados también pasen por el mercado editorial, debido a que cuenta con indicadores y datos, y a su vez, las instituciones y los investigadores tienen datos e indicadores sobre la industria editorial”.

El doctor Vélez Cuartas especificó que, quienes se dedican a dar cuentas en las organizaciones universitarias o centros de investigación relativas a todas esas necesidades burocráticas, anteriormente mencionadas como son: la gestión editorial, los datos sobre la información y la oferta pública, entre otros factores, necesitan responder a muchos requerimientos de los planes de desarrollo, por ejemplo, la organización. Por lo tanto, se tiene que tener bien organizada la información y, de ser posible, tomar decisiones sobre los procesos de evaluación nacional de las universidades, con la finalidad de conseguir padrones y la generación de los procesos de acreditación.

“Desde la organización habrá requerimientos de información y de indicadores que hablen de la vigilancia del patrimonio científico y cultural que las propias universidades tienen, para eso se requiere contar con sistemas de información robustos que puedan responder al tipo de retos implicados en ello”.

De igual forma, señaló que también se debe contemplar la vigilancia científica de la investigación en los diferentes campos del conocimiento y en sus diversos tipos de indicadores, no únicamente el factor del impacto. “Estos podrían ser indicadores de citación, que también son importantes pero que en realidad no corresponden a todo el abanico de preguntas que podrían tener, tanto los gestores como los investigadores de la ciencia en las diversas áreas del conocimiento”.

De igual forma, y para finalizar con su participación, se refirió a los retos que implica dicho proceso complejo, como la tecnología, lo cual permite ir acotando posibles soluciones en el crecimiento e implementación en el uso del sistema de tipo CRIS en Latinoamérica, en donde se tiene algunas experiencias, como en el caso de Colombia, que también se han presentado como una necesidad en las universidades y que luego se traducen en proyectos apoyados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para generar sistemas tipo CRIS, en los que están involucradas 25 universidades que fueron escogidas porque cumplían conciertos  procesos.

“Dicho apoyo tiene la finalidad de que se conviertan en sistemas automatizados y de recuperación de información, que de alguna forma se empiecen a convertir como en una especie de paradigma para la vigilancia y los procesos de evaluación en las mismas universidades,  que al mismo tiempo empiezan a cobrar importancia y consideración en los CRAI (Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación) de los sistemas bibliotecarios, no solamente para poner y hacer visible la información de los resultados de investigación de las diferentes organizaciones, sino también para poder generar indicadores”.

Cabe señalar que previo a la conferencia se realizaron talleres impartidos por los especialistas en el tema, como se ha venido realizando en conferencias de años anteriores.

Reseña informativa: María del Rosario Rodríguez León

Fotos: Julio Zetter Leal

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